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Vísperas- Beatos y Beatas Mártires españoles de la Familia Vicentina

noviembre 6

VÍSPERAS

HIMNO
(Paul Claudel)

Ya está todo hecho, la obra está consumada
y la tierra por todos sus poros ha bebido
la sangre que la ha transformado.

El cielo ha bebido y toda la tierra
es profunda para digerir la misa de los mártires.
El santo va tomando solemnemente
posesión de su lugar, que es el mejor.

Todo de una vez ha sido consumado
y en el cielo se hace un instante de silencio.
Y nosotros también, con la cabeza descubierta,
quedamos en silencio.

¡Oh, alma mía, guarda silencio
delante de la tierra fecundada!
La tierra desde el fondo de sus entrañas
ha concebido y ya el renacimiento ha comenzado.

El tiempo de la labranza ha terminado,
ha llegado la hora de la siembra.
El tiempo de la tala de árboles ha terminado,
ha llegado la hora de las respuestas.

La idea que ha germinado en todas partes
bajo la tierra y en tu corazón, santa España,
no es otra que la respuesta inmensa del amor.

«Tu cuerpo es verdadero alimento
y tu sangre verdadera bebida».
De esta carne que ha sido sacrificada,
que es la Tuya, y de esta sangre que ha sido derramada,
ni un solo trozo se ha desaprovechado ni una sola gota se ha perdido.

El invierno sigue en nuestros surcos,
pero la primavera ya ha surgido en las estrellas.
Y todo esto que ha sido sacrificado, los ángeles,
respetuosamente, lo han recogido lo han llevado al interior del Velo.

SALMODIA (COMÚN DE MÁRTIRES)

Ant. 1. Los cuerpos de los santos fueron sepultados en paz, y su fama vive por generaciones.

Salmo 114
ACCIÓN DE GRACIAS

Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco.

Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida».

El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas, me salvó.

Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue bueno contigo:
arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.

Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida.

Ant. Los cuerpos de los santos fueron sepultados en paz, y su fama vive por generaciones.

Ant. 2. Vi las almas de los sacrificados a causa de la palabra de Dios y del testimonio que mantuvieron.

Salmo 115
ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO

Tenía fe, aún cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos».

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.

Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.

Ant. Vi las almas de los sacrificados a causa de la palabra de Dios y del testimonio que mantuvieron.

Ant. 3. Éstos son aquellos santos que entregaron sus cuerpos para ser fieles a la alianza de Dios y han lavado sus vestiduras con la sangre del Cordero.

Cántico Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
HIMNO A DIOS CREADOR

Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.

Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.

Ant. Éstos son aquellos santos que entregaron sus cuerpos para ser fieles a la alianza de Dios y han lavado sus vestiduras con la sangre del Cordero.

LECTURA BREVE Ef 6, 12-15

Nuestra lucha no es contra hombres de carne y hueso sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo de tinieblas. Por eso tomad las armas de Dios para poder resistir en el día malo y manteneros firmes después de haber superado todas las pruebas. Estad firmes; ceñid la cintura con la verdad, y revestid la coraza de la justicia; calzad los pies con la prontitud para el evangelio de la paz.

V/ Alegraos justos  y gozad con el Señor.
R/ Alegraos justos  y gozad con el Señor. 

V/Aclamadlo los de corazón sincero.
R/ Y gozad con el Señor.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/ Alegraos justos  y gozad con el Señor. 

PRECES

En la memoria de beatos Fortunato, presbítero, Melchora Adoración, y compañeros mártires, presentamos nuestra oración al Señor, invocando la protección de nuestros santos mártires, digamos: Atiende a tu pueblo, Señor.

Señor, te pedimos por la Iglesia para que la sangre de los mártires sea semilla de verdaderos cristianos.

Señor, te pedimos por los poderes de este mundo para. que siembren justicia, solidaridad y paz en la sociedad.

Señor, te pedimos por nuestras comunidades para que sean signo y profecía del Reino de Dios.

Señor, te pedimos por la Familia Vicenciana para que no se canse de servir y evangelizar a los pobres.

Señor, te pedimos por nosotros para que, siguiendo la estela de nuestros mártires, demos testimonio de amor y entrega.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo:

Padre nuestro…

ORACION

Dios Padre nuestro, que a los beatos Fortunato, presbítero, Melchora Adoración y compañeros mártires, con la ayuda de la Madre de Dios, los llevaste a la imitación de Cristo hasta el derramamiento de la sangre, concédenos, por su ejemplo e intercesión, confesar la fe con fortaleza, de palabra y de obra. Por nuestro Señor Jesucristo.

o bien:

Dios todopoderoso y eterno, que diste a los beatos mártires vicentinos la valentía de aceptar la muerte por el nombre de Cristo: concede también tu fuerza a nuestra debilidad para que, a ejemplo de aquellos que no dudaron en morir por ti, nosotros sepamos también ser fuertes, confesando tu nombre con nuestras vidas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

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Detalles

Fecha:
noviembre 6
Categoría del Evento:
Etiquetas del Evento:
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Versículo del Día

«El Señor es mi pastor, nada me falta.» – Salmo 23,1

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