LECTURAS Y
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Reflexión Viernes Santo

abril 18

🕯️ Retiro para el Viernes Santo

Tema: «Por sus llagas hemos sido curados» (Is 53,5)

I. Iluminación Bíblica

📖 Primera Lectura – Isaías 52,13–53,12

La figura del Siervo sufriente nos introduce en el misterio de un Dios que no se impone por el poder, sino que se entrega por amor. Es una profecía que nos revela la lógica divina: la victoria no está en la fuerza, sino en la cruz.

“Fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes.”
Isaías no nos presenta un héroe glorioso, sino un hombre desfigurado por el dolor, incomprendido, humillado. Y sin embargo, precisamente en ese rostro desfigurado, se revela el rostro más puro del amor de Dios.

🎶 Salmo – “Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu”

Este salmo es un eco del alma de Cristo en la cruz. Nos habla de abandono, de confianza radical, de entrega total. Es una invitación a hacer nuestra la oración del Hijo: confiar en el Padre incluso cuando todo parece perdido.

📖 Segunda Lectura – Hebreos 4,14-16; 5,7-9

Cristo es el Sumo Sacerdote que no se queda al margen del dolor humano. Lloró, gritó, suplicó… y aprendió la obediencia por medio del sufrimiento. ¡Dios no es indiferente a nuestras heridas!

«Se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.»

📖 Evangelio – Pasión según San Juan 18,1–19,42

La Pasión en san Juan no muestra un Cristo derrotado, sino un Rey que reina desde la cruz. Cada palabra, cada silencio, cada herida es una revelación:

  • «Yo soy» – Es el nombre de Dios. Jesús se presenta con majestad, incluso en el momento de ser apresado.

  • «¿Qué es la verdad?» – Pilato no comprende que la Verdad está frente a él, coronada de espinas.

  • «Está cumplido» – No es una derrota, es una misión cumplida, una entrega total, un acto de amor consumado.


II. Contemplación: El misterio del Siervo

Hoy no hay Eucaristía. Hoy la Iglesia guarda silencio. Solo adoramos la Cruz.
Contemplamos a Aquel que “no tenía figura ni belleza”, pero que lleva en su cuerpo todos nuestros sufrimientos.
Miremos la cruz. ¿Qué vemos? ¿Qué sentimos? ¿Qué callamos?
La cruz es el espejo donde se refleja nuestra vida, nuestros miedos, nuestros pecados… y también el amor que nos salva.


III. Confrontación: ¿Dónde estoy yo en la Pasión?

  • ¿Soy Pedro, que promete fidelidad pero niega por miedo?

  • ¿Soy Judas, que entrega por dinero?

  • ¿Soy Pilato, que ve la verdad pero se lava las manos?

  • ¿Soy los soldados, que se burlan del Rey?

  • ¿Soy el pueblo que grita “crucifícalo”?

  • ¿O soy como María y el discípulo amado, que permanecen fieles al pie de la cruz?

La Pasión no es un relato del pasado. Es hoy. Jesús sigue padeciendo en los pobres, en los enfermos, en los marginados. ¿Dónde estoy yo?


IV. Conversión: Una espiritualidad de la Cruz

El Viernes Santo no es solo un recuerdo, es un llamado a vivir de otra manera.
Jesús nos invita a asumir nuestras propias cruces, no con resignación, sino con amor.
Nos enseña que el dolor puede tener sentido cuando se vive como entrega, cuando se ofrece por amor.

“El que quiera seguirme, que tome su cruz cada día…”

La cruz no es el final. Es el paso hacia la Resurrección.
Por eso, el amor crucificado no se queda en el sepulcro. Brota como semilla de vida nueva.


V. Oración final (para meditar en silencio)

Señor Jesús,
hoy contemplo tu cruz en silencio.
Me arrodillo ante ella como signo de adoración,
como respuesta al amor más grande.

Enséñame a cargar mi cruz sin huir.
Enséñame a reconocer tu rostro en los que sufren.
Que no pase este día sin convertirme,
sin decidirte de nuevo como mi Rey y Salvador.

Gracias por morir por mí.
Gracias porque, por tus llagas, hemos sido curados.
Amén.

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Detalles

Fecha:
abril 18
Categoría del Evento:
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