LECTURAS Y
REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE DIOS DE TODOS LOS DÍAS

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Reflexión Miercoles Santo

abril 16

📖 1. Lectura – ¿Qué dice el texto?

  • Isaías 50,4-9a: El Siervo habla de su fidelidad en medio de la persecución. Ha recibido de Dios un oído obediente y una lengua que consuela. Aunque sufre ultrajes, golpes y humillaciones, no se echa atrás, porque el Señor lo sostiene. Su rostro está firme como pedernal.

  • Salmo 68: Expresa el dolor del justo perseguido: incomprendido, traicionado, humillado. Es el rostro profético del Mesías sufriente. «En mi comida me echaron hiel, y para mi sed me dieron vinagre»: versos que anuncian el sufrimiento de Cristo en la cruz.

  • Mateo 26,14-25: Judas entrega a Jesús por treinta monedas. En la última cena, Jesús revela que uno de los Doce lo traicionará. Todos preguntan con angustia: “¿Soy yo acaso, Señor?”. Judas también pregunta, pero lo llama «Maestro», no «Señor». Jesús le responde: “Tú lo has dicho”.


🧠 2. Meditación – ¿Qué me dice el texto a mí, hoy?

  • La fidelidad del Siervo (Isaías) contrasta con la infidelidad de Judas. El Siervo escucha, se deja enseñar, consuela y no huye del sufrimiento. Judas, en cambio, endurece su corazón, vende a su Maestro y participa en la cena sin cambiar su decisión.

  • El Salmo nos pone en el corazón de Cristo: rechazado, dolido, pero aún alabando al Padre. En su humillación, Jesús no maldice, sino que ofrece el dolor como amor redentor.

  • El Evangelio nos confronta directamente: “¿Soy yo acaso, Señor?”. Esta pregunta no debe quedarse en el miedo o la duda, sino que es una llamada a la revisión de vida. ¿Hay en mí algún gesto de traición? ¿Alguna venta del amor por un interés?


🙏 3. Oración – ¿Qué le digo a Dios?

Señor Jesús,
tú no escondiste tu rostro a quienes te golpeaban,
ni cerraste los oídos a la voz del Padre.
Enséñame a escuchar cada mañana como los discípulos,
y a tener una lengua que consuele a los abatidos.

Señor, yo también estoy en la mesa contigo.
Y te confieso: muchas veces te he negado,
otras tantas te he traicionado.
Pero no quiero seguir vendiéndote por monedas baratas.
Quiero llamarte “Señor”, no solo “Maestro”.
Quiero estar contigo hasta el fin, aunque me cueste.

Dame un corazón fiel,
un rostro firme en la prueba,
y un alma libre para amar hasta la cruz.


👁 4. Contemplación – ¿Qué me invita a vivir este texto?

“El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes” (Is 50,7)
“¿Soy yo acaso, Señor?” (Mt 26,22)

Hoy contemplo el contraste:

  • El rostro firme del Siervo, que no se echa atrás.

  • El rostro inquieto de Judas, que simula lealtad mientras prepara la traición.

Me dejo mirar por Cristo que, aún sabiendo lo que Judas trama, le sigue ofreciendo el pan, le sigue llamando a la conversión. Eso mismo hace conmigo. No me expone públicamente. Me espera. Me ama. Me invita a elegir entre el camino de la traición y el camino de la fidelidad.


🏃‍♂️ 5. Compromiso – ¿Qué debo hacer hoy?

  • Hacer un examen de conciencia profundo: ¿hay alguna incoherencia entre lo que digo y lo que vivo? ¿Vendo al Señor por comodidad, miedo o conveniencia?

  • Buscar un momento de oración silenciosa ante el Santísimo, pidiendo la gracia de un corazón nuevo, especialmente si me preparo para la confesión pascual.

  • Imitar al Siervo fiel con gestos concretos: escuchar más, consolar al que sufre, soportar con paciencia las contrariedades, y no responder con violencia a las críticas.

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Detalles

Fecha:
abril 16
Categoría del Evento:
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