las tres lecturas reflejan una profunda esperanza en la justicia divina, la revelación de la verdad y el establecimiento de un reino de paz, donde las diferencias y las injusticias son superadas.
La lectura de Isaías, presenta una hermosa profecía sobre el Mesías que vendrá del tronco de Jesé, simbolizando la esperanza y la restauración que traerá a la humanidad. El texto destaca las cualidades del futuro rey: estará lleno del Espíritu del Señor, lo que le permitirá actuar con sabiduría, justicia y rectitud. La imagen de la paz entre los animales salvajes y los domésticos refleja la armonía que reinará en la creación bajo su gobierno, y se enfatiza que la tierra estará colmada del conocimiento del Señor.
En el Salmo también resuena con esta temática, clamando por un rey que gobierne con justicia y compasión, cuidando de los pobres y afligidos. La justicia y la paz son deseadas como características permanentes de su reinado, lo que refuerza la idea de un mundo transformado.
En el Evangelio de Lucas, vemos a Jesús expresando su alegría y gratitud al Padre por revelar los misterios del Reino a los humildes y pequeños, en contraposición a los sabios. Esta revelación es un tema central en el ministerio de Jesús, quien invita a todos a conocer al Padre a través de Él. Jesús destaca la bendición que representan sus discípulos, quienes tienen el privilegio de ver y oír lo que muchos deseaban conocer.
en otras palabras, estas lecturas nos invitan a reflexionar sobre la naturaleza del liderazgo y el reino de Dios, que se basa en la justicia, la paz y la revelación a quienes tienen un corazón humilde. Nos recuerdan que el verdadero conocimiento y la comprensión de Dios no dependen de la sabiduría humana, sino de una relación abierta y sincera con Él.
Por: Silvano Anacona Ultengo.