🗓️ Mañana, 12 de febrero de 2025, la Iglesia celebra por primera vez la memoria litúrgica del Beato Jan Havlík, seminarista vicentino y mártir de la fe. Este joven eslovaco nació en 1928 y entregó su vida a Cristo en medio de la persecución comunista, falleciendo el 27 de diciembre de 1965 a causa de los tormentos sufridos en prisión.
Jan Havlík es recordado como un testimonio valiente de fidelidad a Cristo y a la Iglesia. Su vida nos desafía a vivir con radicalidad el Evangelio y a no temer ante las adversidades que el mundo nos presente.
📍 ¿Quién fue el Beato Jan Havlík?
Desde muy joven sintió el llamado de Dios y entró al seminario vicentino en Eslovaquia. Sin embargo, en 1950, con la llegada del régimen comunista, fue arrestado junto a muchos religiosos y seminaristas. Se le ofreció la libertad si renegaba de su fe, pero él se mantuvo firme. Tras años de trabajos forzados y torturas, falleció en 1965, dejando un legado de santidad y entrega.
Nacido en Vlčkovany (hoy Dubovce), cerca de Skalica (Eslovaquia), el 12 de febrero de 1928, estudiante de la Congregación de la Misión de San Vicente de Paúl. Fue un joven generoso y en sus acciones demostraba los valores supremos de la fe. Fue un testigo convencido del Evangelio que sirvió a la verdad incluso a costa de su propia vida. Condenado por odio a la fe, por el régimen comunista, pasó 11 años en la cárcel realizando trabajos forzados en las minas de uranio.
Luego de 11 años de sufrimiento fue liberado. Murió el 27 de diciembre de 1965 en Skalica, a la edad de 37 años, como consecuencia de los tratos inhumanos sufridos durante su encarcelamiento. Beatificado el 31 de agosto de 2024, en Šaštin, en la Basílica de los Siete Dolores de la Virgen María. Su memoria litúrgica se celebra el 12 de febrero.
(Los textos litúrgicos son del Misal Romano, de la Misa Común de los Mártires I/B. Para un mártir: Forma 1, excepto la colecta, que es propia.
El Prefacio es el propio de mártires I. Las lecturas del común de mártires.)
ANTÍFONA DE ENTRADA Cf. Sab 10, 12
Este santo luchó hasta la muerte en defensa de la ley de Dios y no temió las palabras de los malvados: estaba cimentado sobre roca firme.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y misericordioso
que desde la juventud llamaste al bienaventurado Juan al camino de la perfección
y le diste fortaleza en la constancia durante el tiempo del sufrimiento, concédenos también a nosotros, por su intercesión,
perdonar a nuestros enemigos y perseverar con fe firme en la adversidad. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo que es Dios y vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
En memoria del martirio del Beato Juan traemos a tu altar, oh Padre, nuestras ofrendas y te pedimos que, fortalecidos por tu gracia, seamos testigos fieles de la pasión de tu Hijo, que en este misterio celebramos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO I DE LOS SANTOS MÁRTIRES
Significado y ejemplaridad del martirio
V. El Señor esté con vosotros. R.
V. Levantemos el corazón. R.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque la sangre del glorioso mártir Juan, derramada, como la de Cristo,
para confesar tu nombre,
manifiesta las maravillas de tu poder; ya que, en su martirio, Señor,
has sacado fuerza de lo débil, haciendo de la fragilidad
tu propio testimonio;
por Cristo, Señor nuestro.
Por eso,
con las virtudes del cielo
te aclamamos continuamente en la tierra, alabando tu gloria sin cesar:
Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cf. Mt 16,24
Si alguno quiere seguirme, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por la celebración de este santo banquete te pedimos, Señor
que el recuerdo del bienaventurado mártir Juan nos infunda valor y que su intercesión nos consiga imitar su gran fe.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIONES DE LOS FIELES
(Estas fueron las mismas que se utilizaron en la beatificación de Ján Havlík)
Hermanos y hermanas, roguemos a Dios Padre que nos conceda la intercesión del bienaventurado mártir Juan, para que nos ayude con su gracia a dar testimonio de la fuerza del Espíritu Santo que obra en la Iglesia de Cristo.
R. Escúchanos, Señor, por intercesión del beato Juan
- Por el Santo Padre, el Papa Francisco, los obispos, los sacerdotes y diáconos: para que, con generosidad y perseverancia, lleven a cabo su misión de difundir el reino de Dios, y preparar así a las personas para recibirlo.
- Por los responsables de los Estados: para que valoren los valores morales, que se esfuercen por aplicar la justicia social a todas las personas y tengan el valor de luchar por el bien y la paz entre las naciones.
- Por los cristianos perseguidos: para que perseveren fielmente en Dios; y por sus perseguidores, para que reconozcan en la dignidad y la libertad, dones sagrados concedidos por Él.
- Por los llamados a la vida sacerdotal y consagrada: para que sepan reconocer la voz de Cristo, no tengan miedo de seguir su llamada y se entreguen entera y gozosamente al servicio de la Iglesia.
- Por los jóvenes: para que sepan discernir la verdad, abrazar los valores del evangelio, elegir con sabiduría su vocación y prepararse con responsabilidad para ella.
- Por todos los bautizados: para que acojan con fidelidad su misión en el plan de Dios y lleven al mundo la alegría, la paz y la esperanza del Evangelio de Cristo.
- Por los que estamos aquí reunidos: Por los que estamos aquí reunidos: para que sepamos reflejar a Dios en cada situación de nuestra vida y afrontemos con valentía toda circunstancia, reafirmando nuestra fidelidad a Él y a su Iglesia.
Oh Dios, que diste al bienaventurado mártir Juan la fuerza para glorificar a tu Hijo Jesucristo
con su vida y su martirio,
en fidelidad a su santa vocación;
transfórmanos también a nosotros, por la fuerza de tu Espíritu, para que seamos siempre tus fieles discípulos.
Por Cristo nuestro Señor.