Papa Francisco menciona a San Vicente de Paúl en su nueva encíclica.

Papa Francisco menciona a San Vicente de Paúl en su nueva encíclica.

Con gran alegría, anunciamos que en su reciente encíclica “Dilexit Nos”, el Papa Francisco menciona a San Vicente de Paúl en tres ocasiones, un hecho notable que resalta la relevancia del legado vicentino en la espiritualidad católica contemporánea.

En el numeral 148, el Papa hace referencia a una profunda corriente de vida interior, citando a San Vicente de Paúl en relación con la devoción al Corazón de Cristo. En este contexto, San Vicente afirma: «Dios pide principalmente el corazón, el corazón, que es lo principal. ¿De dónde viene que uno que carezca de bienes merezca más que el que teniendo grandes posesiones, renuncia a ellas? De que el que no tiene nada, va con más afecto; y eso es lo que Dios quiere especialmente». Esta cita invita a una unión sincera entre nuestro corazón y el de Cristo, recordándonos que quienes se disponen a acercarse a Él recibirán numerosas bendiciones.

La segunda mención se encuentra en el numeral 180, donde se discute la fraternidad y la mística. Aquí, el Papa cita al Abate Henri Huvelin, quien observa que «cuando nuestro Señor vive en un corazón, le da estos sentimientos, y este corazón se abaja hacia los pequeños. Tal fue la disposición del corazón de un Vicente de Paúl […]. Cuando nuestro Señor vive en un alma de sacerdote, lo inclina hacia los pobres». Este pasaje resalta cómo la entrega de San Vicente, alimentada por la devoción al Corazón de Cristo, lo llevó a exhortar a sus discípulos a «tomar del corazón de Nuestro Señor algunas palabras de consuelo» para los pobres enfermos. Además, se enfatiza la importancia de la mansedumbre en la práctica del servicio a los demás.

Por último, en el numeral 207, el Papa señala que «la prolongación de las llamas de amor del Corazón de Cristo ocurre también en la tarea misionera de la Iglesia, que lleva el anuncio del amor de Dios manifestado en Cristo». San Vicente de Paúl enseñó a sus discípulos a pedir al Señor «ese corazón, ese corazón que nos hace ir a cualquier parte, ese corazón del Hijo de Dios, el corazón de nuestro Señor, que nos dispone a ir como él iría […] y nos envía a nosotros como a ellos [los apóstoles], para llevar a todas partes su fuego».

Es un motivo de gran alegría para toda la Familia Vicentina que el Papa mencione a San Vicente de Paúl en tres numerales de una misma encíclica. Esto no solo subraya la importancia de su legado, sino que también nos invita a profundizar en nuestra propia misión de servicio y amor hacia los demás, siguiendo el ejemplo de este gran santo.

Citas textuales del Papa Francisco:

148. La devoción al Corazón de Cristo reaparece en el camino espiritual de muchos santos muy diferentes entre sí y en cada uno de ellos esta devoción adquiere nuevos aspectos. San Vicente de Paúl, por dar un ejemplo, decía que lo que Dios quiere es el corazón: «Dios pide principalmente el corazón, el corazón, que es lo principal. ¿De dónde viene que uno que carezca de bienes merezca más que el que teniendo grandes posesiones, renuncia a ellas? De que el que no tiene nada, va con más afecto; y eso es lo que Dios quiere especialmente» 1 .Esto implica aceptar que el propio corazón se una al de Cristo: «Una hermana que hace todo lo que puede para poner su corazón en disposición de unirse al de Nuestro Señor […] ¡cuántas bendiciones puede esperar de Dios!»2.

1. Conferencias a los Misioneros. La pobreza, 55 (13 agosto 1655), en S. Vicente de Paúl, Obras completas, t. 11/3, Sígueme, Salamanca 1974, 156.
2. Conferencias a las Hijas de la Caridad. Mortificación, correspondencia, comidas, salidas (Reglas comunes, arts. 24-27), 89 (9 diciembre 1657), t. 9/2, 974.

180. El abate Henri Huvelin, director espiritual de san Carlos de Foucauld, decía que « cuando nuestro Señor vive en un corazón, le da estos sentimientos, y este corazón se abaja hacia los pequeños. Tal fue la disposición del corazón de un Vicente de Paúl […]. Cuando nuestro Señor vive en un alma de sacerdote lo inclina hacia los pobres». Es importante advertir cómo esta entrega de san Vicente, que describe el padre Huvelin, también estaba alimentada por la devoción al Corazón de Cristo. Vicente exhortaba a «tomar del corazón de Nuestro Señor algunas palabras de consuelo» para el pobre enfermo. Para que esto sea real supone que el propio corazón haya sido transformado por el amor y la mansedumbre del Corazón de Cristo, y san Vicente repetía mucho esta convicción en sus sermones y consejos, hasta el punto de convertirse en un aspecto destacable de las Constituciones de su Congregación: «Todos pondrán también sumo empeño en aprender esta lección que nos enseñó Jesucristo: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón”; teniendo en cuenta que, según Él mismo lo dice, con la mansedumbre se posee la tierra, porque con la práctica de esta virtud se ganan los corazones de los hombres para convertirlos a Dios, lo cual no pueden conseguir los que se portan con el prójimo de una manera dura y áspera »

(Quelques directeurs d’âmes au XVII siècle, Libraire Victor Lecoffre J. Gabalda, París 1911, 97.)

    207. La prolongación de las llamas de amor del Corazón de Cristo ocurre también en la tarea misionera de la Iglesia, que lleva el anuncio del amor de Dios manifestado en Cristo. Lo enseñaba muy bien san Vicente de Paúl cuando invitaba a sus discípulos a pedir al Señor « ese corazón, ese corazón que nos hace ir a cualquier parte, ese corazón del Hijo de Dios, el corazón de nuestro Señor, que nos dispone a ir como él iría […] y nos envía a nosotros como a ellos [los apóstoles],para llevar a todas partes su fuego».

    Conferencias. Repetición de la oración (22 agosto 1655), 58, t. 11/3, 190.
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