ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
¡Padre de la Esperanza! Con gratitud te elevamos nuestra voz en este momento, reconociendo tu inmenso amor que nos ha llamado a ser evangelizadores de los pobres, siguiendo los pasos de tu amado Hijo, Jesucristo. Inspirados por el legado de San Vicente de Paúl, te pedimos que nos guíes y fortalezcas en nuestro compromiso de ser diligentes y audaces en la atención a las necesidades de nuestros hermanos y hermanas. Que nuestros corazones sean sensibles ante los sufrimientos de aquellos que más necesitan de tu amor y compasión.
Concédenos revestirnos del Espíritu de tu Hijo para anunciar, practicar y testimoniar el Reino de Dios en todos los rincones del mundo, que ninguna periferia se quede sin experimentar la alegría del anuncio de la salvación y la esperanza del Evangelio. Concédenos la gracia de encarnar una espiritualidad auténtica que nos capacite para responder a los desafíos de nuestro tiempo con compasión y acción concretas.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestra esperanza, en quien encontramos la plenitud de tu amor y la inspiración para seguir sus pasos. Amén. Padrenuestro.
ORACIÓN POR EL AÑO JUBILAR- del papa Francisco
Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y la paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos. Amén.
ORACIÓN A LA VIRGEN
(De los escritos de San Vicente de Paúl)
Santísima Virgen María ayúdanos a estar dispuestos a practicar las máximas evangélicas, te pedimos que llenemos de ellas nuestro espíritu, llenemos nuestro corazón de su amor y vivamos en consecuencia. Por tu intercesión ya que, mejor que ningún otro, penetraste el sentido de esas enseñanzas y las practicaste. Para esperar que, al vernos aquí en camino de vivir según estas máximas, nos serán favorables en el tiempo y en la eternidad. (cfr. XII, 114-129)
¡Oh, Santísima Virgen, pide al Señor este favor, pídele una verdadera pureza para nosotros, para toda la familia vicentina! Esta es la súplica que te hacemos. (cfr. XI, 447-449). Amén.
Dios te salve…. Gloria
SÉPTIMO DÍA
La Esperanza según el mundo
Signo: Una cadena y varios elementos que representen los vicios del mundo de hoy, en medio de esa cadena o en un lugar aparte La Palabra de Dios abierta.
Canción: In Persona Christi
Iluminación Bíblica: Proverbios 3, 1-8
Hijo mío, no te olvides de mis advertencias, que tu corazón sepa guardar mis mandamientos. Ellos prolongarán tus días, te darán la prosperidad, años de vida.
¡Que no te falten ni la bondad ni la fidelidad! Átalas a tu cuello, inscríbelas en las tablillas de tu corazón; así conseguirás benevolencia y estima tanto de Dios como de los hombres.
Confía en el Señor con todo el corazón, y no te fíes de tu propia sabiduría. En cualquiera cosa que hagas, tenlo presente: él aplanará tus caminos. No te creas el más sabio: ten el temor de Yahvé y mantente alejado del mal. Eso será un remedio para tu cuerpo, y allí encontrarás el vigor.
Escuchemos a San Vicente de Paúl:
También hay que mortificar la esperanza, cuando nos mueve a esperar algunas ventajas de las criaturas. ¡Salvador mío! Poner la esperanza en las criaturas. Hijas mías, hay que tener mucha confianza en Dios; pero hay que desconfiar de toda esperanza que se apoye en las criaturas. Esto en lo que se refiere a las pasiones; veamos cómo hay que mortificar los sentidos exteriores. En primer lugar, hay que mortificar la vista, no mirando las cosas que pueden incitar a ofender a Dios. Y cuando nos gusta ver alguna cosa, aunque sea lícita, pero no necesaria, hay que decirle a los ojos: «No miréis eso». Yo tengo que dar gracias a Dios; pidámosle también a la Santísima Virgen que nos ayude a agradecerle el que haya puesto en vosotras tanta modestia. Seguid con esta práctica, hijas mías. Tengo que exponeros lo malo, pero también es preciso que os hable de lo bueno. Cuando me he encontrado con algunas de vosotras por la ciudad, siempre las he visto modestas, a unas más y a otras menos. Solamente ha habido dos que me han desedificado. Mirad, tengo que reconocer lo bueno, pero también creo que es mi obligación exponeros vuestras faltas. (IX B, pág. 970).
Reflexión:
Hoy en día, muchas personas ponen su confianza y esperanza en las cosas del mundo, dejándose llevar por pasiones desenfrenadas, doble moral, amor por las riquezas y el hedonismo predominante en la sociedad contemporánea. San Vicente de Paúl nos insta a no buscar estas esperanzas que nos alejan del Señor. Nos llama a volver a las prácticas ascéticas, no para castigar el cuerpo, sino para evitar caer en el desenfreno de los placeres mundanos, que nos sumergen en los abismos de la lujuria, la ambición y la falta de fe.
San Pablo nos recuerda que nuestros ojos deben estar fijos en el Señor y no dejarnos deslumbrar por los nuevos ídolos del mundo, que conducen a la humanidad por caminos inciertos. En estos caminos, se pierde el humanismo y la dignidad se relativiza, llevándonos a una pérdida de esperanza.
Preguntas:
¿Cómo podemos ir alejándonos de esas falsas esperanzas que el mundo nos ofrece?
¿Qué apegos tengo en mi vida personal que me impiden seguir libremente a Jesús?
GOZOS
“San Vicente de Paúl, enciende en nosotros
el fuego de la caridad”
Fuego de la caridad, desde el campo a la ciudad,
como campesino o preceptor; de misionero a fundador.
La llama ardiente de tu celo, nos invita a la amistad
Con esclavos y afligidos dando con ardor un amor abrazador.
En el horizonte nos invitas a fijar mirada,
amor efectivo reclaman los pobres.
que sea nuestra caridad inventiva y cimentada
para dar con pasión y celo a Cristo Pan de Vida.
¡El pueblo muere de hambre y se condena!
Urge llevar el pan con justicia,
que sólo por nuestro amor
los pobres nos perdonarán
Padre de los pobres, predicador infatigable
del celo por las almas compártenos ejemplo;
para dar a los pobres testimonio fiable
que conduzcan al hombre a verdadero templo
¡Oh Vicente de Paúl! Que no se halle en nosotros
un amor que sea subjetivo, ¡donativo debe ser!,
con el esfuerzo de nuestros brazos,
y en la frente el sudor, para dar a conocer al prójimo
el amor de nuestro Dios.
Tus hijos e hijas llevan con pasión tu heraldo,
en el firmamento luz ponderosa de tu amor nos guía
con la fuerza imperativa de amar sin miedo,
a quien desde la cruz con amor nos mira.
Misión y Caridad son las alas
que te llevaron al cielo,
a tu entrada, pobres y ricos te esperaban.
Gozosos tus hijos, mientras Cristo te coronaba
de laureles y santidad, padre y apóstol,
la Iglesia en ti se reflejaba.
ORACIÓN FINAL
AL CORAZÓN DE SAN VICENTE DE PAÚL
Oh Corazón de San Vicente que sacaste del Sagrado Corazón de Jesús, la caridad que tú derramaste sobre todas las miserias morales y físicas de su tiempo, alcánzanos de jamás dejar pasar a nuestro lado miseria alguna sin socorrerla.
Haz que nuestra caridad sea respetuosa, delicada, comprensiva, efectiva como fue la tuya. Pon en nuestros corazones una fe viva que nos haga descubrir a Cristo sufriente en nuestros hermanos desventurados.
Llénanos del celo ardiente, luminoso, generoso que jamás encuentre dificultad alguna en servirlos. Te lo pedimos, oh Corazón de Jesús por la intercesión de aquel, cuyo corazón no latía ni actuaba más que por impulso del tuyo. Amen