Una Beata vicentina que dio la vida defendiendo su pureza: Isabel Mrad

Una Beata vicentina que dio la vida defendiendo su pureza: Isabel Mrad

El primero de septiembre conmemoramos la vida heroica de la Beata Isabel Cristina Mrad Campos, un testimonio para estos tiempos donde poco o nada se valora la pureza en medio de los jóvenes, su testimonio ilumine a los vicentinos de todo el mundo.

Infancia y Educación Religiosa

La Beata Isabel Cristina Mrad Campos, hija de José Mendes Campos y Helena Mrad, nació el 29 de julio de 1962 en Barbacena, una antigua ciudad colonial del estado de Minas Gerais, en Brasil. Fue bautizada el 15 de agosto de 1962, día de la Asunción de la Virgen María, en la iglesia principal de Nuestra Señora de la Piedad de Barbacena. Tres años después, el 22 de abril de 1965, recibió el sacramento de la Confirmación en la Basílica de San José, también en Barbacena. El 26 de octubre de 1969, realizó su Primera Comunión en un colegio de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl.

Compromiso con la Fe y Servicio a los Demás

Isabel Cristina llevó una vida marcada por la fe y la devoción cristiana. Desde joven, formó parte de la Asociación de Voluntariado de la “Conferencia de San Vicente de Paúl”, una organización caritativa que se dedica a ayudar a los más necesitados. Su padre, José Mendes Campos, también fue un miembro activo y llegó a ser presidente del Consejo Vicentino. Testigos cercanos afirman que Isabel Cristina asistía con frecuencia a la Misa y participaba activamente en los sacramentos. Su preocupación por los demás era evidente, especialmente hacia los más desfavorecidos, como los niños pobres de su escuela y las personas con discapacidades.

Preparación para la Vida Universitaria

En abril de 1982, Isabel Cristina se mudó a la ciudad de Juiz de Fora para prepararse para el examen de ingreso a la facultad de medicina. Desde su llegada, encontró en la Iglesia Cenáculo un lugar de recogimiento donde podía orar y adorar al Santísimo Sacramento, que siempre estaba expuesto. El 15 de agosto de 1982, se trasladó a un pequeño departamento que compartía con su hermano, y comenzó a adquirir los elementos necesarios para su nuevo hogar.

El Martirio de Isabel Cristina

El 30 de agosto de 1982, un joven acudió a su departamento para ayudarla a armar un armario. Este encuentro dio lugar a una discusión que ella confió a su hermano y a sus amigas. Sin embargo, las intenciones del joven eran siniestras. El 1 de septiembre de ese mismo año, él regresó al departamento con la excusa de finalizar el trabajo, pero sus verdaderas intenciones eran aprovecharse de Isabel Cristina. Al ser rechazado, recurrió a la violencia extrema: la golpeó con una pequeña silla, la amordazó con trozos de sábana y la ató con cuerdas. A pesar de la brutalidad del ataque, Isabel Cristina se resistió con todas sus fuerzas para defender su pureza.

La investigación policial posterior al crimen reveló los detalles horrendos del ataque. El cuerpo de Isabel Cristina fue encontrado en una alfombra empapada de sangre, con quince puñaladas: dos en las partes íntimas y trece en la espalda. A pesar de los intentos del agresor, los médicos forenses confirmaron que no logró violarla. Isabel Cristina prefirió morir antes que renunciar a la virtud de la castidad, lo que muchos consideraron un verdadero acto de martirio.

Beatificación y Legado Espiritual

Tras su muerte, la comunidad católica la comparó con Santa María Goretti, otra joven mártir conocida por su defensa de la pureza. Su vida de fe y su trágica muerte despertaron una gran devoción entre los fieles. Su proceso de beatificación se inició en el año 2001, y el 10 de diciembre de 2022 fue beatificada por la Iglesia Católica. La solemne ceremonia fue presidida por el Cardenal Raymundo Damasceno Assis, arzobispo emérito de Aparecida, en el Santuario de Nuestra Señora de la Piedad, en Barbacena, Minas Gerais. El Papa Francisco había reconocido oficialmente su martirio en octubre de 2020, pero debido a la pandemia, la celebración de su beatificación tuvo que ser postergada hasta 2022.

Lugar de Peregrinación y Devoción Popular

La tumba de Isabel Cristina se encuentra en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Piedad en Barbacena. Este lugar se ha convertido en un sitio de peregrinación para los fieles, que acuden desde diferentes partes de Brasil. Muchos jóvenes dejan notas con oraciones y peticiones de gracia sobre su tumba, buscando la intercesión de la joven mártir que sacrificó su vida por su fe y sus valores.

Reflexión para la Familia Vicentina

La vida de Isabel Cristina Mrad Campos es un ejemplo de entrega total a Dios y de fidelidad a los valores del Evangelio, incluso hasta las últimas consecuencias. Para la familia vicentina, que sigue los pasos de San Vicente de Paúl en su compromiso con los pobres y necesitados, Isabel Cristina representa un modelo de amor abnegado y servicio. Su sacrificio nos invita a reflexionar sobre la importancia de vivir coherentemente nuestra fe y de defender los valores cristianos en un mundo que a menudo va en la dirección opuesta.

Isabel Cristina también nos recuerda la fuerza del amor a Cristo y la importancia de mantenernos firmes en nuestras convicciones, incluso en las pruebas más difíciles. Como miembros de la familia vicentina, estamos llamados a ser luz en el mundo, llevando esperanza a los lugares más oscuros y proclamando el Evangelio con nuestras acciones. Que su ejemplo nos inspire a todos a vivir con mayor amor, coraje y fe.

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