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PRESENTACIÓN
“Haced lo que Él os diga” (Juan. 2, 5) Nuestra Madre celestial nos indica el camino que debemos seguir para llegar a la santidad, el camino al cielo, siguiendo los pasos de Nuestro Divino Salvador; dicho camino se empieza recorriendo las sendas de este mundo sembrando los valores del Evangelio.
María, en las apariciones de la Rue de Bac, insiste a Catalina Labouré a volver a las prácticas de las reglas, a vivir la autenticidad del llamado a la vida consagrada, María quien se proclama la guardiana de la compañía, quiere que sus hijos e hijas sean obedientes a la voluntad del Padre, y más en estos tiempos donde la amenaza de la guerra que se extiende por el mundo, busca acabar con la esperanza.
Esta novena como cada año, es una herramienta evangelizadora, puesta en sus manos, para que en comunidad saque el mejor provecho para su vida espiritual, para sentirnos iglesia haciendo eco al llamado del Papa que quiere que la Iglesia permanezca en sínodo, oyéndonos unos a otros, buscando espacios de encuentro donde el sentir cristiano nos haga vivir la experiencia de bautizados.
A los pies de todos los altares del mundo, Dios otorgará abundantes bendiciones y gracias a quienes pidan por intercesión de la Santísima Virgen María, ella estará dispuesta a iluminar nuestras vidas y la de nuestras familias con sus manos benditas.
Reconozcamos en estos nueve días, que somos peregrinos, que avanzamos hacia la patria celestial, que nuestra pequeñez y nuestra fragilidad, se convertirán en grandeza y fortaleza en manos de nuestro Padre celestial. Con María iniciamos este caminar, hacia el cielo, nuestro hogar.
P. Andrés Felipe Rojas Saavedra, CM
Párroco Santo Cristo de Guaranda
www.corazondepaul.org
APROBACIÓN:
Padre Diego Luis Vásquez Marín, CM
(Superior Provincial- Provincia de Colombia)
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Padre misericordioso, que has dado a la humanidad el signo portentoso de la maternidad divina de María, por el cual nos vino Cristo nuestro salvador; te rogamos que junto a ella podamos caminar en este mundo construyendo espacios de justicia y paz que evidencien el Reino de Dios en medio de nuestros hermanos y hermanas que más sufren.
Por eso Padre amoroso, llenos de esa confianza renovada, que María nos enseñó, nos presentamos ante ti sedientos y necesitados de tu Palabra, para que al meditarla día a día en esta novena, podamos abrir nuestro corazón a la gracia de la conversión, y que siendo discípulos y misioneros de Cristo y María podamos anunciar gozosos la Medalla Milagrosa como signo profético para nuestros días.
Padrenuestro.
Gloria.
ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA
Madre, maestra y misionera. La fe que te ilumino y la Palabra en que creíste nos acompañe en esta novena que dirigimos en tu honor bajo la advocación de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Que todos reunidos en torno a tu Hijo podamos recuperar la frescura del Evangelio y anunciar con gozo la esperanza a un mundo dividido por las discordias.
Tus rayos nos infunden la seguridad, que nuestra historia esta confiada a la misericordia de Dios que nos ama y que nos ilumina constantemente en las noches oscuras y dolorosas de nuestra vida, hoy más que nunca gritamos al cielo implorando un nuevo renacer, que tú nos ayudes a germinar en nuestros corazones la palabra de Nuestro Señor y a anunciarlo vivo y resucitado entre nuestros hermanos. Amén.
- Oh María sin pecado concebida- Rogad por nosotros que recurrimos a vos
GOZOS
Respuesta: puede ser el estribillo de una canción o la jaculatoria (Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que acudimos a ti.)
Madre Milagrosa, de ternura y compasión
Que haciendo historia de salvación
Vas caminando siempre con tu pueblo
Que a ti clama en la aflicción.
En mil ochocientos treinta,
En Francia, Calle del Bac,
A una pobre novicia,
La virgen santa se apareció.
Eran vísperas de San Vicente
Noche silenciosa de julio
Cuando la Madre dejó su trono
Y en una pequeña capilla se presentó.
Siendo la media noche
Un Ángel se apareció
Para darle un anuncio
De parte de la Madre de Dios.
Las luces se iban prendiendo
Las puertas se iban abriendo
Y al llegar a la capilla la hermana ansiosa la esperó.
La voz del cielo anunciaba
Que la madre llegó.
La sede sacerdotal
Con humildad ella ocupó.
La hermana Catalina
Sus manos colocó
En las piernas de la Madre
Y misión ella le encomendó.
En una mañana de noviembre
Los sentidos no lo percibieron
Pero un corazón atento
Nuevamente a la Madre observó;
Las insignias de la medalla
Que Catalina vio, se han convertido
En fuente de milagro y amor.
“Haz acuñar una medalla”
La Virgen le pidió
Para ser portada por los fieles
Con gran devoción.
Madre Santa, tu gran
Medalla es emblema de tu amor,
Hoy nosotros la portamos
En señal de filiación.
Sea por Jesús, sea por María
Sea por el ejemplo de los santos que nos guían.
Y que por la Medalla Milagrosa
Alcancemos la gracia de convertir
Nuestros dolores en alegrías.
PRIMER DÍA
Primera estación: la conversión.
Signo: Cada día la novena traerá un signo de la Medalla, puede armarse la medalla a medida que se van mencionando y otro signo que puede ser opcional y acompaña el tema de la novena
El mundo y la serpiente.
Dos caminos, en uno de los caminos la cruz, en el otro camino pueden estar elementos que representen la esclavitud del pecado.
Canasta solidaria: invitamos a todos los participantes a traer una o varias canastas, que a lo largo de la novena se llenará con uno de los productos que se indiquen.
Comentario inicial: Queridos hermanos y hermanas, nos congregamos con mucha alegría para iniciar este primer día de la Novena a nuestra Madre, bajo la advocación de la Virgen Milagrosa, para iniciar este camino con varias estaciones, el primer paso que debemos hacer es reconocer nuestros pecados y disponernos a la conversión autentica, un deponer aquello que nos impide caminar con Cristo.
Momento de perdón:
- Perdona Señor al mundo que aún no ha comprendido tu mensaje de amor y vive sumergido en la guerra.
- Perdona Señor a quienes empuñan las armas y gobiernan con el terror invadiendo el mundo muerte.
- Perdona Señor nuestros pecados que no nos dejan avanzar en el camino de la fe.
Lectura del Texto Bíblico: Apocalipsis 12, 1-6
Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza;
está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz.
Y apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas.
Su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra. El Dragón se detuvo delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su Hijo en cuanto lo diera a luz. La mujer dio a luz un Hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones con cetro de hierro; y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono.
Reflexión:
En la medalla, Nuestra Madre María, se manifiesta pisando la serpiente, signo del mal que oprime a los cristianos y que está constantemente asechando a la humanidad, como la Virgen nosotros también estamos llamado a vencer el mal que nos gobierna, a liberarnos del yugo del pecado y de la esclavitud del individualismo y del resentimiento. El camino al cielo, implica ineludiblemente la conversión, sin ella todos los demás pasos son en falso, hay quienes dicen seguir a Cristo sin estar convertidos, pueden hacer obras maravillosas, pero sin tener amor de nada sirve. La conversión es el primer paso al Amor que debe ser amado. Tener la medalla Milagrosa en nuestras manos y decirle a nuestra Reina: “ayúdanos a dar el primer paso”
Actividad en grupo:
- ¿La Iglesia me está llamando a caminar en sinodalidad, como respondo a ese llamado?
- ¿Qué no he dejado aún en mi vida que no me deja seguir libremente a Jesús?
- ¿Soy como María que cambio toda su vida para estar en sintonía con Jesús?
Me comprometo a hacer una lista de las cosas que aún me faltan por corregir y me dedico a fortalecer mis cualidades para ponerlas al servicio de los demás.
SEGUNDO DÍA
Segunda estación: El llamado
Producto: Bolsas de arroz.
Signo: La imagen de la Virgen María.
Colocar en un lugar visible la imagen de la visitación, alrededor del cuadro o la imagen unas velas prendidas y otras apagadas.
Comentario inicial: Santa Catalina Labouré en una noche de noviembre, cuando ya estaba acostada, escucho que la llamaban por su nombre. Como María, Catalina se puso en camino, sintió el llamado, una invitación de Jesús que implica un dejarlo todo para seguirlo. La Iglesia en estos tiempos esta siendo llamada a escuchar la voz de Cristo, convocada en sínodo para responder a los desafíos de hoy, atender al clamor urgente de los que se sienten abatidos y fuera de la Iglesia.
Momento de perdón:
- Señor Jesús, perdona las veces en que hemos sido sordos a tu llamado.
- Señor Jesús, te pedimos perdón por las ocasiones en que no hemos querido escuchar tu voz de Buen Pastor.
- Señor Jesús, perdónanos porque hemos seguido la voz del mundo que nos conduce a valles de perdición.
Lectura del Texto Bíblico: San Lucas 1, 39-42
En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno.
Reflexión:
Para Dios no hay nada imposible, con estas palabras que están en el versículo 37 el Ángel se despide de María; la Madre de Dios “desocupa” toda su vida, para dejar que Dios llene completamente su ser, es una expresión sobrenatural en boca de la Virgen: “aquí está la esclava del Señor” es decir que María se abandona completamente a su voluntad. El llamado que María escucha no es un llamado al miedo y al encierro, es un llamado de apertura, el mismo que Santa Catalina sintió, cuando a pesar de la oscuridad, las luces se iban prendiendo a su paso.
María nos ayuda a caminar en las noches oscuras de nuestra vida, nos abre a horizontes siempre nuevos, donde salimos de nosotros mismos para correr presurosos por la vida llevando amor y servicio. Escuchar el llamado de Dios que nos compromete y asigna para nosotros la más bella misión: “vivir en la plenitud del amor”
Actividad en grupo.
- ¿Cuándo y en qué momentos de nuestra vida hemos escuchado la voz de Dios?
- ¿Salgo presuroso como María y santa Catalina cuando escucho mi llamado?
- ¿Qué significa para ti, que Dios te haya llamado desde el vientre materno?
Hago un examen de conciencia general para obtener una buena confesión y me comprometo a enmendar en mi vida aquello que me impide escuchar el llamado de Dios.
TERCER DÍA
Tercera estación: la Consagración
Producto: Granos en bolsa, ya sea lentejas, frijoles, garbanzos, etc.
Signo: Varias vestiduras blancas que lleven el nombre de cada uno de los participantes, o se puede entregar a cada uno una hoja para que representen aquella dignidad obtenida el día de nuestro bautismo.
Comentario inicial: todos estamos llamado a la santidad, al igual que todos tenemos que tomar en serio nuestra consagración bautismal, como la Santísima virgen María fue consagrada desde su niñez al servicio de Dios, nosotros también debemos tener una vida entregada a la voluntad y el amor de nuestro Padre. Todos debemos ser conscientes de dicha consagración, y hoy que la Iglesia nos invita a caminar juntos.
Momento de perdón:
- Perdónanos Padre porque hemos quebrantado tu alianza y nos hemos apartado de ti.
- Perdónanos Padre porque no hemos sido coherentes con la consagración que hemos recibido.
- Perdónanos Padre porque hemos despreciado tu amor.
Lectura del Texto Bíblico: San Lucas 2, 21-24
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le dio el nombre de Jesús, el que le dio el ángel antes de ser concebido en el seno.
Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.
Reflexión:
Hoy en esta tercera estación debemos responderle al Señor con una vida consagrada a su servicio, María en la medalla lleva sus vestidos blancos, luminosos como el sol, los mismos con los que fuimos revestidos el día de nuestro bautismo, y que en dicha oración se nos pedía conservar dichas vestiduras blancas sin mancha hasta la vida eterna.
Ser una nación consagrada, separa del resto del mundo para ser linaje escogido de Dios (Cfr. 1 Pedro 2, 9), nos lleva a responder a la altura de lo que esto implica, consagrar significa apartar o separar, Dios nos ha tomado entre sus brazos para llevarnos a pastos tranquilos, donde reparamos nuestras fuerzas (salmo 23); María, nuestra Madre, en la Medalla Milagrosa nos recuerda las palabras de Jesús: ustedes están en el mundo, pero no hacen parte de él (Juan 15, 18), con la medalla nos identificamos como hijos de Dios y de nuestra Madre celestial, que nos piden dedicarnos con todas nuestras fuerzas al servicio del Evangelio.
Actividad:
- ¿Qué significa para ti ser una nación consagrada?
- ¿De qué manera respondes a la consagración que recibiste el día de tu bautismo?
- ¿Qué implicaciones tiene para el consagrado vivir en medio del mundo secular de hoy?
Me comprometo en este día a aportar en las misiones de mi Iglesia para ayudar en la transformación positiva del mundo que necesita de Jesús.
CUARTO DÍA
Cuarta estación: el Servicio.
Producto: Algunos enlatados, atún, sardinas, salchichas, etc.
Signo: Los rayos de la Santísima Virgen María que salen de sus manos.
En una cartelera invitar a las personas a pegar diversas imágenes que representen el servicio y preguntarles que significa para ellos dicha acción.
Comentario inicial: seguimos avanzando en el camino seguro que nos conduce al cielo, un camino en el que nos encontramos a muchas personas con necesidad, no solo física, sino espiritual, necesidad incluso de compañía y diálogo, en un mundo donde cada vez nos sentimos más solos. Que María, nuestra madre, siga iluminando este caminar.
Momento de perdón:
- Te pedimos perdón Señor por las veces en que no hemos sido buenos samaritanos con los hermanos que nos encontramos en el camino.
- Te pedimos perdón Señor porque muchas veces hemos retirado la vista ante sufrimiento humano.
- Te pedimos perdón Señor por nuestra falta de amor y de servicio.
Lectura del Texto Bíblico: San Juan 2, 1-11
Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino». Jesús le respondió: «Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía». Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que él les diga». Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: «Llenen de agua estas tinajas». Y las llenaron hasta el borde. «Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete». Así lo hicieron. El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su o rigen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y les dijo: «Siempre se sirve primero el bu en vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento». Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.
Reflexión:
Los consagrados a Dios y a María viven con generosidad, sirviendo a los demás, María en la Medalla Milagrosa, derrama abundantes gracias y bendiciones sobre quienes lo piden con fe; María no solo nos enseña a estar atentos a las necesidades de los demás, sino a ayudar en la transformación de la vida misma señalando a Cristo Jesús y acudiendo al llamado de “hacer lo que Él nos dice”.
El servicio es la forma en que nos entregamos a nosotros mismos, muchas veces no tenemos nada material que ofrecerle a los demás, pero si tenemos el tiempo y la atención para brindarles, necesitamos servidores de Cristo y propagadores de la Medalla Milagrosa que estén atentos a las voces de quienes se sienten solos en este mundo.
Actividad en grupo:
- ¿Qué diferencia hay entre caridad y servicio?
- ¿De qué manera soy servicial en mi Iglesia o comunidad?
- ¿Qué nos enseña la Medalla Milagrosa sobre el servicio?
Pasando un papel a los integrantes a la novena, escriben en ella alguna petición para la Santísima Virgen María y se deposita en algún recipiente.
QUINTO DÍA
Quinta estación: el profetismo.
Producto: bolsas de harina, para arepas, para tortas, etc.
Signo: las Doce estrellas.
En el centro colocar varias frases dicientes al mundo de hoy, por ejemplo: “amor efectivo con justicia social”, “respetemos la vida y cuidemos la naturaleza” y en el medio una imagen de algunos mártires.
Comentario inicial: María nos sigue invitando a caminar, y hoy como reza una canción, “el mundo ya no quiere ver cristianos de boca cerrada, es preciso que volvamos a ser profetas que no le teman a nada” por esta razón la medalla aparece en un momento de crisis, de persecución, y es porque Dios manifiesta sus mayores designios en los momentos de oscuridad y tristeza, para decirle una vez más a la humanidad: “no todo esta perdido”
Lectura del Texto Bíblico: Apocalipsis 10, 8-10
Y la voz de cielo que yo había oído me habló otra vez y me dijo: «Vete, toma el librito que está abierto en la mano del Ángel, el que está de pie sobre el mar y sobre la tierra.» Fui donde el Ángel y le dije que me diera el librito. Y me dice: «Toma, devóralo; te amargará las entrañas, pero en tu boca será dulce como la miel.» Tomé el librito de la mano del Ángel y lo devoré; y fue mi boca dulce como la miel; pero, cuando lo comí, se me amargaron las entrañas.
Reflexión:
Ser profetas en medio de un mundo ruidoso, ese ruido que no transmite ninguna información, que no comunica. María en la medalla milagrosa aparece rodeada de estrellas, una alusión a la iglesia que debe ser junto con Cristo, ruta segura a la salvación.
Santa Catalina Labouré se arriesga a salir de la comodidad de una cama a la mitad de la noche, cuando el sueño es profundo y no queremos levantarnos, implica que al recibir un llamado tenemos que dejarnos incomodar por Dios, atrevernos a salir de la “mazmorra” que nos mantiene aislados del resto de la comunidad. Quebrantar incluso los preceptos y las normas, para llegar a quienes aun no han recibido el mensaje del Evangelio. María misionera y discípula del Señor, es el referente profético de la madre que permanece al pie de la cruz, indicando que nada ni nadie podrá apartarla del verdadero amor.
En el texto Bíblico de hoy el profeta recibe la palabra de Dios, que al ser predicada genera una honda alegría, porque como dice el salmista: “me deleito en tu ley y la medito día y noche” (salmo 1) pero esa misma palabra genera persecución, intriga y martirio, nadie puede quedarse con lo dulce de la Palabra, sino siente la amargura de ser rechazado por ella.
Actividad en grupo:
- ¿Qué podemos aprender de la Santísima Virgen María en cuento al profetismo?
- ¿Qué signos proféticos encontramos en la Medalla Milagrosa?
- ¿Qué elementos de la vida de Santa Catalina Labouré nos convocan hoy a la acción concreta del Evangelio?
Durante un momento pienso en alguna suplica, oración o acción de gracias, los participantes que deseen las pueden hacer en voz alta y responden todos: “por intercesión de nuestra Madre, escúchanos Señor”
SEXTO DÍA
Sexta estación: La caridad
Producto: Panela y azúcar.
Signo: Los dos corazones de Jesús y de María.
Una canasta de pan y varias manos vacías. Que representen la urgencia de la caridad. La frase en el centro: “Denles ustedes de comer”
Comentario inicial: Hace unos días hablábamos del Servicio, y hoy la Virgen nos invita a recorrer el camino de la salvación pensando en la Caridad, que también se traduce como “Amor”, primera de corintios en el capítulo 13 nos dice que si no tenemos “caridad (amor) no somos nada”. Que en este caminar al cielo, no falte nunca la caridad de Cristo que nos apremia (2 Cor. 5, 14)
Lectura del Texto Bíblico: 1 Corintios 13, 1-10
Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe.
Aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, nada soy.
Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha.
La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. La caridad no acaba nunca. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia. Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía. Cuando vendrá lo perfecto, desaparecerá lo parcial.
Reflexión:
La caridad implica tener un corazón dispuesto a entender las necesidades materiales y físicas de nuestros hermanos y hermanas, en la medalla dos corazones martirizados indican el camino de la caridad generosa y donativa, ayudar a quien lo necesita, no es opcional en el cristianismo ¡es imperativo!
Santa Catalina Labouré no alcanzó la santidad por ver a la Santísima Virgen María, la alcanzó por que toda la vida la dedico al servicio de Jesucristo en la persona de los más pobres, en su trabajo silencioso y dedicado, sin buscar méritos ni aplausos, sin que nadie supiera que ella era la vidente, sirvió a sus hermanos pobres y desventurados, porque entendió que el mensaje más fuerte de la Medalla Milagrosa, no es el portarla con devoción en el cuello, sino llevar el auxilio y la misericordia de Dios a quienes lo representan en la tierra. Es la Virgen María quien también nos indica que la caridad nos lleva a ser portadores de la alegría de Cristo Resucitado.
Actividad en grupo:
- ¿Qué significa tener la Medalla Milagrosa como un signo de la caridad cristiana?
- ¿Qué aprendemos de Santa Catalina Labouré, la santa del silencio, en su trabajo dedicado con los pobres?
- ¿Qué invitación nos hace los dos corazones que vemos en la Medalla Milagrosa?
De manera creativa elaboro dos corazones con materiales del entorno que representen el de Jesús y el de María; y escribo al reverso de ellos las obras de misericordia.
SÉPTIMO DÍA
Séptima estación: La oración
Producto: algunos embutidos, sal, leche en polvo o entera.
Signo: La jaculatoria: Oh María sin pecado concebida…
Varias velas alrededor de la Biblia, y se invita a los participantes a colocar alrededor de la Palabra de Dios alguna intención o suplica, pueden ser quemadas al final de la novena.
Comentario inicial: En este camino al cielo era infaltable la oración, sin ella no encontramos el verdadero sentido de nuestro apostolado, la Santísima Virgen María insiste mucho en el valor de la oración y el diálogo con Dios, su encuentro con Santa Catalina Labouré constituye una oración que se prolonga horas, porque no hay lugar donde uno se sienta más seguro que en la presencia de Dios. Dejémonos llenar del Espíritu Santo a través de la oración sincera.
Lectura del Texto Bíblico: San Lucas 6, 12-19
Sucedió que por aquellos días se fue él al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor. Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
Reflexión:
En este caminar hacia el cielo la oración es indispensable. En la medalla la jaculatoria nos indica el modo de acercarnos a Dios invocando a la Santísima Virgen María, quien, siendo inmaculada desde su concepción, nos invita a nosotros a la santidad de vida; la oración constituye el bastión que sostiene a Nuestro Señor Jesús en toda su obra apostólica.
En el Evangelio según san Lucas, pasa toda la noche orando, sustrayendo de su diálogo con el Padre la sabiduría necesaria para afrontar, no solo las pruebas, sino también para que de él saliera una fuerza extraordinaria que sanaba a todo el que él tocaba.
Santa Catalina también preparó su corazón para recibir el regalo de la Santísima Virgen María, había orado incluso por intercesión de San Vicente para que le concediera la gracia de ver a la Madre de Jesús, toda su vida fue un constante diálogo con Dios que le daba la fuerza para servir con amor a quienes la rodeaban.
Actividad en grupo:
- ¿Qué lugar ocupa en mi vida la oración?
- ¿Cuánto tiempo dedico para hablar con Dios, o por el contrario busco escapar de los momentos de silencio y de oración?
- ¿Qué nos enseña la Medalla Milagrosa sobre la importancia de la oración?
Invitamos a todos los participantes a elaborar un corazón en una hoja de papel, colocando su nombre en uno de los lados, luego los demás participantes podrán escribir las cualidades que encuentran en la persona a quien corresponda dicho corazón.
OCTAVO DÍA
Octava estación: La Misión.
Producto: Aceite, mantequilla, queso, pan.
Signo: la letra M
Unas sandalias, un morral, un bastón y otros elementos que representen la misión, la frase: “Vayan por todo el mundo” pueden emplearse varias medallas regadas alrededor del signo.
Comentario inicial: vamos llegando al final de ese camino, donde nos encontraremos con alguien muy importante, pero no puedo llegar solo, debo llegar a Jesús con muchas personas que necesitan del mensaje de la salvación, debo procurar anunciar a Nuestro Señor a todos sin excepción. María en la Medalla nos recuerda que el regalo que ella nos ha dado no puede quedarse solo en nuestras manos, debo llevárselo a los demás.
Lectura del Texto Bíblico: Hechos 1, 10-14
Estando ellos mirando fijamente al cielo mientras se iba, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Este que os ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá así tal como le habéis visto subir al cielo.» Entonces se volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que dista poco de Jerusalén, el espacio de un camino sabático. Y cuando llegaron subieron a la estancia superior, donde vivían, Pedro, Juan, Santiago y Andrés; Felipe y Tomás; Bartolomé y Mateo; Santiago de Alfeo, Simón el Zelotes y Judas de Santiago. Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos.
Reflexión:
María no se queda encerrada en su casa, sino que sale presurosa al encuentro de los otros, como nos relata el texto del Evangelio en la visitación. Pero también la Santísima Virgen María visita a santa Catalina, presentándose a sí misma como misionera y servidora, la M en la medalla indica el nombre de María y en la antigüedad el nombre también indicaba la misión de la persona.
La Virgen sale adelante con los discípulos del Señor para orar y fortalecer la comunidad, ella no se detiene, ella es capaz de recorrer con ánimo decidido los pasos de Jesús, su misión se extiende a lo largo de la historia de la humanidad, donde de muchas maneras se ha manifestado indicándonos siempre el camino seguro hacia el Padre, que es Jesús.
La Medalla nos pone en una actitud misionera, quien la recibe no puede quedarse de brazos cruzados, debe ponerse en camino como María, para ser portadores del Espíritu Santo y llenar de alegría los corazones de quienes nos encontramos en el camino.
Actividad en grupo:
- ¿Qué compromisos tengo como cristiano bautizado?
- ¿Cómo entiendo hoy a la Iglesia y que necesitamos mejorar en nuestra comunidad católica?
- ¿Mantengo un espíritu de misión dentro de mi comunidad o parroquia?
Dialogo un momento las respuestas con el compañero que está a mi lado y busco puntos de común acuerdo para compartir después con los demás participantes de la novena.
NOVENO DÍA
Novena estación: Sin cruz no hay Resurrección
Producto: hortalizas, legumbres, frutas, tubérculos, plátanos, etc.
Signo: La Cruz.
Varias imágenes que representen el sacrificio y la entrega.
Comentario inicial: En este último día de la novena, nos encontramos con la Cruz, al final del viaje misionero de Jesús, sube al Gólgota para entregar su vida para el rescate de la humanidad y allí también está la Virgen María, fijando su mirada en la cruz donde está su Divino Hijo, allí María recibe el encargo más grande que le confiere nuestro Salvador, ser la madre de la Iglesia naciente. Terminar la novena con la cruz, nos recuerda que es el paso necesario para llegar a la gloria.
Lectura del Texto Bíblico: San Juan 19, 25-27
Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.
Reflexión:
El reverso de la medalla tiene una cruz que está en el centro, indica el modo seguro de llegar al Padre, aceptando la cruz, que implica asumir la misión de Jesús hasta las últimas consecuencias. La Virgen María nos habla con la certeza de saber que, aunque las dificultades y las tormentas arrecian con toda su fuerza, la Esperanza es la que siempre tiene la última palabra.
Jesús es esa esperanza, aquella que nos enseña siempre que Dios tiene la última palabra en los asuntos del mundo, que el mal nunca sale vencedor y que, en los momentos de mayor crisis, Dios manifiesta al mundo el comienzo de una nueva oportunidad.
La Medalla Milagrosa, es llamada el Evangelio de los pobres, porque su lenguaje cercano es síntesis del mensaje de Jesús, ella tiene un bello compendio de signos que nos indican que Dios nunca nos ha dejado solos, caminamos seguros hacía el cielo, no porque llevemos la Medalla Milagrosa en nuestro pecho, sino porque hemos recorrido un camino lleno de esperanza y amor, comprometidos con la transformación social de nuestros hermanos y hermanas.
Hoy caminamos alegres para volver al lugar donde iniciaron las apariciones en Francia hace 193 años, cada vez más nos acercamos al Bicentenario de aquella fiesta dichosa donde María nos dio el más bello regalo.
Actividad en grupo:
- ¿Qué aprendemos de la vida de santa Catalina Labouré?
- ¿Qué compromisos tenemos al terminar esta novena?
- ¿Qué otras enseñanzas podemos transmitir a través de la Medalla Milagrosa que nos permita ser profetas en nuestros días?
Invitamos a los integrantes de la comunidad a contar alguna historia o testimonio en relación a su encuentro con Dios y la Virgen a través de la Medalla Milagrosa.