“La Medalla, signo profético para nuestros días”
PRESENTACIÓN
“Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida de sol” (Ap. 12, 1). El comienzo de la tribulación presenta la grandiosa visión del profeta, una Mujer de esplendores y bellezas sin igual, madre de aquel que se sentará a la diestra del Todopoderoso para regir las naciones, una evocación al mismo signo que se le presenta al rey Acaz (Is 7, 10), quien pide una señal en el cielo o en el abismo, pero en cambio es Dios en persona que pondrá morada cerca de su pueblo.
La Santísima Virgen María, anunciada desde el comienzo de las Sagradas Escrituras, también aparece en las visiones proféticas del último libro de la Biblia, y su presencia enmarca el inicio y el fin de la nueva historia de la salvación; Dios ha demostrado que sin la cooperación humana, la historia de la salvación no habría llegado a su culmen con nuestro Señor Jesucristo.
Esta duodécima edición de la novena a la Virgen Milagrosa, quiere hacer una mirada al presente con las luces proféticas abordadas en cada uno de los elementos que la componen, para comprender los desafíos que tenemos como cristianos en medio de las persecuciones del mundo de hoy.
En esta sociedad donde cada vez crece más el rechazo a la Iglesia, y donde se le quiere silenciar, es toda una odisea llevar en el pecho una medalla que nos invita a recuperar la auténtica y verdadera maternidad de la Iglesia que defiende la vida desde su concepción hasta su muerte natural.
Que María, Madre nuestra, avive nuestro espíritu cristiano para comprender los designios de Dios en esta humanidad abatida y esclavizada.
P. Andrés Felipe Rojas Saavedra, CM
Párroco Santo Cristo de Guaranda
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Padre misericordioso, que has dado a la humanidad el signo portentoso de la maternidad divina de María, por el cual nos vino Cristo nuestro Salvador, Te rogamos que junto a ella podamos caminar en este mundo construyendo espacios de justicia y paz que evidencien el Reino de Dios en medio de nuestros hermanos que más sufren.
Por eso Padre amoroso, llenos de esa confianza renovada, que María nos enseñó, nos presentamos ante Ti sedientos y necesitados de tu Palabra, para que al meditarla día a día en esta novena, podamos abrir nuestro corazón a la gracia de la conversión, y que, siendo discípulos y misioneros de Cristo y de María, podamos anunciar gozosos la Medalla Milagrosa como signo profético para nuestros días.
Padrenuestro.
Gloria.
ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA
Madre de los profetas y los mártires, la fe que te iluminó y la Palabra en que creíste, nos acompañe en esta novena que dirigimos en tu honor bajo la advocación de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Que todos reunidos entorno a tu Hijo podamos recuperar la frescura del Evangelio y anunciar con gozo la esperanza a un mundo dividido por las discordias.
Tus rayos nos infunden la seguridad de que nuestra historia está confiada a la misericordia de Dios que nos ama y que nos ilumina constantemente en las noches oscuras y dolorosas de nuestra vida. Hoy más que nunca gritamos al cielo implorando un nuevo renacer, que Tú nos ayudes a germinar en nuestros corazones la palabra de Nuestro Señor y a anunciarlo vivo y resucitado entre nuestros hermanos. Amén.
- Oh María sin pecado concebida- Rogad por nosotros que recurrimos a vos
GOZOS
Respuesta: puede ser el estribillo de una canción o la jaculatoria: Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que acudimos a Ti.
Madre Milagrosa, de ternura y compasión,
que haciendo historia de salvación
vas caminando siempre con tu pueblo
que a ti clama en la aflicción.
En mil ochocientos treinta,
en Francia, Calle del Bac,
a una pobre novicia,
la Virgen Santa se apareció.
Eran vísperas de San Vicente,
noche silenciosa de julio,
cuando la Madre dejó su trono
y en una pequeña capilla se presentó.
Siendo la media noche
un Ángel se apareció
para darle un anuncio
de parte de la Madre de Dios.
Las luces se iban prendiendo,
las puertas se iban abriendo,
y, al llegar a la capilla, la Hermana ansiosa la esperó.
La voz del cielo anunciaba:
¡Qué la Madre llegó!
La sede sacerdotal
con humildad ella ocupó.
La Hermana Catalina
sus manos colocó
en las piernas de la Madre
y misión ella le encomendó.
En una mañana de noviembre
los sentidos no lo percibieron,
pero un corazón atento
nuevamente a la Madre observó.
Las insignias de la medalla
que Catalina vio, se han convertido
en fuente de milagro y de amor.
“Haz acuñar una medalla”,
la Virgen le pidió,
para ser portada por los fieles
Con gran devoción.
Madre Santa, tu gran
Medalla es emblema de tu amor;
hoy nosotros la portamos
en señal de filiación.
Sea por Jesús, sea por María,
sea por el ejemplo de los Santos que nos guían.
Y que por la Medalla Milagrosa
alcancemos la gracia de convertir
Nuestros dolores en alegrías.
PRIMER DÍA
María, el gran signo del Cielo
Producto: para cada día de la novena se le pedirá a los participantes traer un producto de la canasta familiar. El mercado se entregará a familias pobres o a alguna obra social. Tener en cuenta la o las canastas para depositarlo.
Canción:
Signo: para cada día la novena se propone un signo de la Medalla; puede armarse la medalla a medida que se van mencionando o también: la imagen de la Virgen María y recortes de diferentes madres, una vela grande y otras pequeñas alrededor.
Comentario inicial: Queridos hermanos y hermanas, nos congregamos con mucha alegría para iniciar este primer día de la novena a nuestra Madre, bajo la advocación de la Virgen Milagrosa; Ella sigue siendo ese gran signo a través del cual Dios nos habla y nos pide responder con sagacidad a las persecuciones del mundo de hoy.
Lectura del Texto Bíblico: Apocalipsis 12, 1-5
“Una gran señal apareció en el cielo: una mujer revestida del sol, la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz. Y apareció otra señal en el cielo: un gran dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas. Su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra. El dragón se detuvo delante de la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en cuanto lo diera a luz. La mujer dio a luz un hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones con cetro de hierro; y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono”.
Reflexión:
El libro del Apocalipsis, en el capitulo 12, inicia con la expresión un gran signo en el cielo, evoca sin duda el signo portentoso anunciado al rey Acaz en el libro de Isaías “Miren: la virgen encinta da a luz un hijo: le pondrá por nombre Emmanuel”.
La manifestación del amor de Dios se da gracias a la cooperación de una mujer que acepta la misión más importante de todos los tiempos: la maternidad divina. María no solo asume la misión con su sí generoso sino que también se compromete junto a su Hijo a acompañar a la humanidad en todos los momentos de la historia.
La Santísima Virgen en las apariciones de la Rue de Bac revela en primer lugar su rol materno dentro de la Iglesia: santa Catalina que, al quedar huérfana, rogó desde temprana edad a la Virgen que a partir de ese momento ella fuera su madre, recibió del cielo la visita de la Señora y Guardiana de todas las casas que reciben a Cristo en su corazón.
Hoy más que nunca debemos recuperar la auténtica maternidad; tanto hombres como mujeres deben cumplir adecuadamente la misión de educar a sus hijos, de respetar la vida, de dedicar tiempo a la familia, de comprenderse y amarse como Dios quiere. La mayor manifestación de su amor se dio en el hogar cálido de Nazareth de unos padres jóvenes que asumieron con valentía la misión de Jesús.
Actividad en grupo:
- ¿Qué valores encontramos hoy en las familias?
- ¿Qué nos preocupa de las familias de nuestra comunidad?
- ¿Cómo debemos ayudar en nuestro apostolado a las familias que están pasando por crisis?
Me comprometo a visitar algunas familias de mi comunidad para llevarles el mensaje del Evangelio.
SEGUNDO DÍA
La Santidad de María
Producto: Bolsas de arroz.
Canción:
Signo: La jaculatoria de la Medalla Milagrosa; un camino que represente la vida de la Santísima Virgen.
Comentario inicial: La Santísima Virgen María enseñó a Santa Catalina una pequeña oración que quedó acuñada en la Medalla Milagrosa; el “Oh María sin pecado concebida” es un llamado a reconocer la santidad de la Virgen y a su vez una invitación para ser santos como nuestro Padre del cielo es Santo.
Lectura del Texto Bíblico: 1 Pedro 1, 14-19
“Como hijos obedientes, no os amoldéis a las apetencias de antes, del tiempo de vuestra ignorancia, más bien, así como el que os ha llamado es santo, así también vosotros sed santos en toda vuestra conducta, como dice la Escritura: seréis santos, porque santo soy yo. Y si llamáis Padre a quien, sin acepción de personas, juzga a cada cual según sus obras, conducíos con temor durante el tiempo de vuestro destierro, sabiendo que habéis sido rescatados de la conducta necia heredada de vuestros padres, no con algo caduco, oro o plata, sino con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha y sin mancilla, Cristo”.
Reflexión:
La jaculatoria que encontramos en la Medalla Milagrosa nos recuerda la predestinación de la Santísima Virgen María, pues en la obra de Dios no hay improvisaciones. Desde el comienzo mismo de la creación, Dios ha marcado un itinerario de encuentros con el ser humano cuyo culmen está en su encuentro personal a través de su Hijo Jesucristo, nacido de la Virgen Madre.
María que es concebida sin pecado original, es librada de toda mancha de pecado, para que en su vientre se gestara el siempre Santo, cuya santidad nos ha compartido a través de la gracia del bautismo.
En el bautismo, uno de los momentos más importantes es la oración del sacerdote sobre el catecúmeno donde queda eliminado el pecado original. En las aguas del bautismo renacemos a una vida nueva, liberados de cualquier atadura de pecado.
La vida en santidad implica asumir actitudes proféticas y un testimonio de vida elocuente, capaz de demostrarle al mundo en el que vivimos, que el Evangelio de nuestro Señor sigue abriendo los corazones a la gracia divina. Hoy el mundo no nos quiere santos y el relativismo moral y el sin sentido sacuden a todos los cristianos que se sienten cada vez menos identificados con las propuestas de vida que plantea Jesús en el Evangelio, y prefieren una religión light que se adapte a las intenciones de cada uno.
El llamado a la oración, evocando la santidad de María, es un compromiso de conversión. Si quiero que mi oración sea escuchada o que Dios realmente obre milagros en mi vida, debo empezar a responder a las solicitudes de su Palabra en todos los momentos y lugares.
Actividad en grupo:
- ¿Qué entendemos por santidad y cómo debemos comportarnos a la luz de la Palabra de Dios?
- ¿Recurro constantemente al sacramento de la Reconciliación o, por el contrario, ya no me siento interpelado por la Palabra de Dios?
Hago un examen de conciencia general para obtener una buena confesión y me comprometo a enmendar en mi vida aquello que me impide relacionarme con Dios desde el amor y la libertad.
TERCER DÍA
María y el mundo de hoy
Producto: Granos en bolsa: lentejas, fríjoles, garbanzos, etc.
Canción:
Signo: La imagen de la Virgen María y varias imágenes que representen la realidad del mundo de hoy y sus principales problemáticas.
Comentario inicial: En este tercer día de la novena, los invitamos a fijar la mirada en este maravilloso mundo en el que vivimos, pero que muchas veces resulta gobernado por personas egoístas que solo quieren su destrucción. Hoy estamos llamados a buscar la manera de proteger y cuidar nuestra casa común.
Lectura del Texto Bíblico: San Mateo 5, 13-16
«Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.
Reflexión:
A la Santísima Virgen María, en las apariciones del 27 de noviembre, la encontramos en dos actitudes frente al mundo: en la primera fase, la vemos sosteniendo el globo terráqueo en sus manos, dicho mundo esta coronado por una cruz. Esta primera manifestación la conocemos hoy como la “Virgo Potens” o Virgen del globo, considerada por el magisterio de la Iglesia como la Reina de las Misiones. La segunda fase es como la vemos en la Medalla, sobre el mundo y derramando sobre él los rayos que se emanan de sus benditas manos. A esta extendida imagen la acompañan los signos de serenidad y humildad con el que nuestra Madre inclinando el rostro nos invita a contemplar los misterios de nuestra salvación.
El mundo nos desafía constantemente, las diferentes culturas, creencias, razas, lenguas, que conforman cada rincón de nuestro planeta, nos invita a responder con una misión siempre nueva y renovada. Hoy necesitamos cada vez más de Jesús, lo hemos ido arrinconando, dejando que el materialismo y el consumismo se apoderen de todo.
La gente necesita que los cristianos les demuestren que es posible ser feliz asumiendo el estilo desprendido y pobre de Jesús y María, ellos desde la humildad y sencillez de su casa comprendieron que la única y verdadera riqueza que realmente importa es tener a Dios en el corazón; sin Dios somos pobres, sin Él no logramos hallar sentido a nuestra vida. Muchos mal llamados “influencer” siguen demostrando que una vida de placeres descontrolados y licenciosos, solo llevan a la depresión y al suicidio. María, con el mundo en sus manos o en sus pies, está orando; aunque creamos tener el mundo asegurado no podemos olvidarnos que estamos sobre él para estar en constante oración.
Actividad en grupo:
- ¿Qué desafíos nos plantea el mundo de hoy para la Evangelización?
- María Reina de las misiones que intercede por nosotros, nos invita a salir de nosotros mismos para anunciar el Evangelio a todos: ¿De qué manera estoy colaborando con las misiones de mi parroquia o comunidad?
Me comprometo en este día a aportar en las misiones de mi Iglesia para ayudar en la transformación positiva del mundo que necesita de Jesús.
CUARTO DÍA
La serpiente, adversaria de María
Producto: algunos enlatados: atún, sardinas, salchichas, etc.
Canción:
Signo: Una cartelera en forma de culebra y sobre ella imágenes de la guerra, del hambre, de la corrupción. Sobre dicha cartelera varias sandalias que tengan estas palabras: PAZ, AMOR, CARIDAD, etc.
Comentario inicial: Hoy vemos en el signo cómo la serpiente tiene muchos nombres, pero también tiene muchos rostros, son aquellos que persiguen a la Iglesia, que maltratan al pobre, que hieren la tierra con la sangre de los inocentes, que destruyen todo lo que hay a su paso con la guerra y la corrupción. Sin embargo, siempre estarán los pies de los profetas venciendo a fuerza de bien los enemigos del mundo.
Lectura del Texto Bíblico: 1 Pedro 5, 8-11
“Sed sobrios y velad. Vuestro adversario, el Diablo, ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. Resistidle firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos que están en el mundo soportan los mismos sufrimientos. El Dios de toda gracia, el que os ha llamado a su eterna gloria en Cristo, después de breves sufrimientos, os restablecerá, afianzará, robustecerá y os consolidará. A él el poder por los siglos de los siglos. Amén”.
Reflexión:
La serpiente que aparece en el libro del Genesis tentando a Eva y posteriormente a Adán son el reflejo de la debilidad humana, que en su carrera de pretender estar por encima de Dios, abandona su dignidad y corre para esconderse de Aquel que los ha llamado a la vida.
Pero esa serpiente ahora se ha convertido en un feroz dragón, que en el libro del Apocalipsis, capítulo 12, intenta devorar a la Mujer y a su Hijo; sea serpiente o sea un temido dragón, la Nueva Eva y el Nuevo Adán fueron capaces de vencer toda pretensión de revelarse contra Dios. María se consideró a sí misma “la esclava del Señor”, y Jesús en repetidas ocasiones recordaba a sus discípulos su filiación y adhesión al Padre: “el Padre y Yo somos uno” y “todo lo que hago me lo ha ordenado mi Padre” (Cfr. Jn 12, 49).
La obediencia a los designios de Dios y la entera humildad a su plan divino sobre nosotros, nos permite pisotear esa serpiente engreída que pretende hacernos revelar contra Dios; sin duda esta generación pretende juzgar a Dios y expulsarlo de todas sus decisiones. El culto al cuerpo y la vanidad desaforada responden a una constante necesidad de estar por encima de los demás y acrecentar el individualismo enfermizo que nos hace desconocer al otro como nuestro hermano.
Actividad en grupo:
- ¿De qué manera se disfraza el enemigo para tentarnos hoy en día?
- ¿Qué tipo de tentaciones nos alejan de Dios y de nuestros hermanos?
- ¿Cómo pisamos la cabeza de la serpiente como lo hizo Jesús y María?
Pasando un papel a los participantes en la novena, escriben algunos pecados o tentaciones del mundo hoy y lo pegan a la serpiente del signo de hoy.
QUINTO DÍA
María, la Mujer de la confianza
Producto: bolsas de harina para arepas, para tortas, etc.
Canción:
Signo: la Letra M, rodeada de varias suplicas e intenciones y en el centro la Palabra de Dios y un cirio encendido.
Comentario inicial: Tenemos el corazón lleno de deseos, peticiones, suplicas. Jesús nos ha dicho: “vengan a mí quienes están cansados y agobiados, yo les daré descanso”. María le dice a Santa Catalina: “venid al pie de este altar”. La confianza en Dios Padre es necesaria para alcanzar todas sus promesas, nadie puede orar si no tiene la fe en quien puede hacer nuevas todas las cosas.
Lectura del Texto Bíblico: San Juan 2, 1-11
“Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino». Jesús le respondió: «Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía». Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que él les diga». Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: «Llenen de agua estas tinajas». Y las llenaron hasta el borde. «Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete». Así lo hicieron. El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y le dijo: «Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento». Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él”.
Reflexión:
“Hagan lo que Él les diga”. La expresión joánica, que se pone en labios de María, está cargada de una profunda confianza en que solo Jesús puede transformar toda realidad humana vacía y sin sentido, con un vino que da plenitud y que emerge de nuestra propia naturaleza, usando lo que somos, pero revelando el verdadero potencial del ser humano.
En las bodas de Caná, la renovación del pacto entre Dios y su pueblo se hace evidente: Jesús es a quien esperaban los profetas. María es fiel a esa espera y a esa promesa, no escatima en recordar las palabras del ángel en la anunciación, su firmeza y resiliencia la hacen permanecer íntimamente unida al misterio de la salvación.
En la M de la medalla Milagrosa, está la historia de Jesús inseparable de su Madre; María sin duda no se puede entender sin Jesús, y por la confianza y la fe de la Virgen nos vino el Salvador del mundo.
María ha cumplido y sigue cumpliendo un papel muy importante en la vida del cristiano; Ella nos compromete a seguir el camino de fe trazado por su testimonio de Madre, acompañando a Jesús en todas las vicisitudes de su existencia, y acompañando hoy al mundo como Buena Madre.
Actividad en grupo:
- ¿Qué podemos aprender de la Santísima Virgen María?
- ¿Qué debemos hacer con prontitud para revelar la obra de Dios en nuestra vida?
- ¿Qué otros significados le podemos dar a la letra M que aparece en la medalla milagrosa?
Durante un momento pienso en alguna súplica, oración o acción de gracias y los participantes que deseen las pueden hacer en voz alta y responden todos: “por intercesión de nuestra Madre, escúchanos Señor”.
SEXTO DÍA
María, regalo de Jesús en la Cruz
Producto: panela y azúcar.
Canción:
Signo: La Cruz en el centro, debajo de ella tres cajas en forma de regalo que representen: 1. El Bautismo 2. La Eucaristía 3. La Virgen María.
Comentario inicial: Jesús en la cruz entregó a su Iglesia el testamento final, el mismo evangelio de san Juan nos relata que de su costado salió sangre y agua, que evocan dos realidades divinas: el Bautismo y la Eucaristía, pero además es el mismo evangelista quien nos dice que viendo al discípulo del amor, que representa a todo seguidor de Jesús, le entrega a su Santísima Madre.
Lectura del Texto Bíblico: San Juan 19, 25-27
“Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa”.
Reflexión:
La cruz en el Evangelio de San Juan es el momento culmen, donde la hora de Jesús se cumple. Iniciando el Evangelio, el mismo Jesús revela su destino: será elevado como lo fue la serpiente en el desierto y de este modo atraerá a todos hacía Sí (cfr. Jn 3, 14).
El relato joánico de la crucifixión evoca el relato de la creación en el capitulo dos del génesis. Jesús es crucificado en un huerto, que en griego es una referencia directa al jardín del Edén, al igual que de la costilla de Adán dormido Dios saca a su esposa Eva, del mismo modo del costado abierto de Jesús “dormido” nace su Iglesia a través del agua, que evoca el sacramento del Bautismo por el cual se incorporan los hombres a la vida sobrenatural, y de la sangre entregada a sus discípulos en la última Cena, con el mandato de “hacer esto en conmemoración mía”.
Pero el relato es antecedido por el diálogo de Jesús con el discípulo del amor, que no tiene nombre y cuya intención es identificar al discípulo de hoy que vive bajo el mandato del amor; y con su Madre a quién en un acto de profundo amor, entrega a aquellos que siguiendo su Palabra necesitan de la protección de Aquella que cuidó y estuvo con Él hasta el último momento de su vida terrenal.
Recibir a María en nuestras casas es también una invitación profética a acoger en nuestra vida a aquellas personas que más lo necesitan. Necesitamos tener entrañas de misericordia con aquellos que han sufrido los horrores de la guerra, del hambre o de la injusticia; si las puertas de nuestras casas no se abren para aquellos que sufren abandono no estoy ni recibiendo a Jesús ni a su Madre en nuestra vida de fe y de encuentro con Dios.
Actividad en grupo:
- ¿Qué significa recibir a María en nuestras casas como lo hizo el discípulo del amor?
- ¿Qué otros regalos hemos recibido de Jesús en la cruz?
- ¿Qué invitación nos hace la cruz que vemos en la Medalla Milagrosa?
De manera creativa elaboro una cruz con materiales del entorno y escribo en ella mis compromisos adquiridos durante este día de la novena.
SÉPTIMO DÍA
El amor de Jesús y María
Producto: algunos embutidos, sal, leche en polvo o entera.
Canción:
Signo: los dos corazones y alrededor de ellos los nombres de las personas que participan en la novena.
Comentario inicial: Junto al corazón de Jesús y el corazón de María, están nuestros nombres, porque estamos en el corazón de Ellos que nos piden responder con un amor infinito a esa generosa invitación de ser discípulos y misioneros. Que en este día podamos descubrir ese amor primero y superar todo odio y división.
Lectura del Texto Bíblico: San Lucas 2, 34-35
“Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción – ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! – a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones».
Reflexión:
Dos son los corazones que encontramos en la Medalla Milagrosa, el primero, coronado de espinas y el otro, atravesado por una espada.
Vivimos en la era de la insensibilidad, hoy nos condolemos menos frente al que sufre, pero también vivimos de emociones momentáneas, dejamos de sentir a la velocidad que pasan las noticias que vemos a diario, pronto nos desconectamos o se nos olvida la realidad del mundo en el que vivimos.
El primer corazón coronado de espinas, el de Jesús, nos invita a asumir estilos de vida más acordes con el Evangelio. No podemos pretender llenarnos de riquezas. Uno de los pecados más condenados por Jesús es el de la codicia, pretender hacernos grandes con las riquezas, y en eso tristemente peca esta sociedad que ha hecho del dinero un dios. Todo está mediado por el dinero, incluso la religión, que hoy tristemente en muchos lugares se ve como un negocio, donde se comercializa con la fe. Jesús renunció a todo tipo de corona humana, es decir, a todo privilegio, más bien fue condenado a llevar sobre su cabeza una de espinas, aludiendo a la mortificación, tan necesaria en nuestros días.
El segundo corazón es atravesado por una espada, el de María, una clara alusión al texto que hemos leído hoy, pero es también una referencia a descubrir nuestra vida ante los ojos de Dios. Si la Palabra de Dios no penetra hasta lo profundo de nuestro ser como una espada de doble filo que va rompiendo todo en lo que creemos o en lo que nos sentimos seguros, quedamos infértiles, incapaces de tener los mismos sentimientos de Cristo.
De modo que los dos corazones nos evocan dos comportamientos necesarios para dar testimonio profético en medio de nuestro mundo: el primero, la humildad y, el segundo, la entereza.
Actividad en grupo:
- ¿Qué significan para mi los sagrados corazones de Jesús y de María?
- ¿Qué elemento significativo llevaría nuestro corazón que nos identificara como seguidores de Jesús?
- ¿Qué debo sacar de mi corazón para agradar más a Dios?
Invitamos a todos los participantes a elaborar un corazón en una hoja de papel colocando su nombre en uno de los lados, luego los demás participantes podrán escribir las cualidades que encuentran en la persona a quién corresponda dicho corazón.
OCTAVO DÍA
La Iglesia con María
Producto: aceite, mantequilla, queso, pan.
Canción:
Signo: las doce estrellas y un sol en el centro que tenga escrito: Dios; conectar las estrellas con el sol mediante cuerdas, en las estrellas pueden ir escritos los nombres de los discípulos o imágenes que representen la misión de la Iglesia.
Comentario inicial: La Iglesia, pueblo de Dios, que con las 12 estrellas evoca también a ese Israel espiritual, donde todos estamos llamados a habitar la tierra prometida en el corazón del Padre misericordioso, viviendo y practicando el amor y la caridad.
Lectura del Texto Bíblico: Apocalipsis 21, 10-14
“Me trasladó en espíritu a un monte grande y alto y me mostró la Ciudad Santa de Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, y tenía la gloria de Dios. Su resplandor era como el de una piedra muy preciosa, como jaspe cristalino. Tenía una muralla grande y alta con doce puertas; y sobre las puertas, doce Ángeles y nombres grabados, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al mediodía tres puertas; al occidente tres puertas. La muralla de la ciudad se asienta sobre doce piedras, que llevan los nombres de los doce Apóstoles del Cordero”.
Reflexión:
La visión de la ciudad santa de Jerusalén, que baja del cielo, hace referencia a la realidad mística del Pueblo de Dios, que está llamado a la santidad por provenir de su corazón.
Es una ciudad que tiene puertas hacia todos los costados, son puertas que están abiertas a todas las naciones y que tienen los nombres de los 12 apóstoles. Por el testimonio de los discípulos del Señor, todos nosotros hemos podido entrar a habitar en la ciudad celestial, sin acepción de personas. La Iglesia está llamada a abrir su corazón a todos los hombres y mujeres de toda nación.
La Iglesia no es una Institución cerrada, es una comunidad abierta donde todos tienen una misión. En la medalla Milagrosa las estrellas forman un círculo, y esta posición es totalmente revolucionaria y más en un tiempo donde la Iglesia se entendía como una pirámide: en la punta, el clero privilegiado y, en la base, el resto de bautizados. Desde el Concilio Vaticano II la Iglesia no se ve a sí misma como una pirámide sino más bien como una comunidad donde todos entran en diálogo, donde nadie goza de privilegio, sino por el contrario, donde los pobres y marginados ocupan un lugar especial.
Las doce estrellas pareciesen tener su “mirada” en el centro de la medalla, donde está la Cruz, la M y los dos corazones: es una clara invitación para que la Iglesia vuelva la mirada a la Cruz de Cristo como un compromiso profético de ir hasta las últimas consecuencias por amor a Él, a María para recuperar el sentido maternal que debe tener la Iglesia sobre todo con quienes más lo necesitan, y a los dos corazones para redescubrir el mandato del amor y la práctica de la justicia.
Actividad en grupo:
- ¿Qué compromisos tengo como cristiano bautizado?
- ¿Cómo entiendo hoy a la Iglesia y qué necesitamos mejorar en nuestra comunidad católica?
- ¿Mantengo un espíritu de apertura con quienes piensan distinto a mí?
Dialogo un momento las respuestas con el compañero que está a mi lado y busco puntos de común acuerdo para compartir después con los demás participantes de la novena.
NOVENO DÍA
María y Catalina Labouré
Producto: hortalizas, legumbres, frutas, plátanos, etc.
Canción:
Signo: La imagen de la Virgen María y la de Santa Catalina Labouré en el centro la Medalla Milagrosa.
Comentario inicial: En este último día de la novena vemos a la vidente de la Medalla Milagrosa, ella nunca hizo alarde de sus visiones, se mantuvo en el anonimato, en el silencio, sirviendo con tal humildad que en el trabajo con los pobres halló la misión final encomendada por la Virgen: la maternidad fecunda que nos invita a tener rostros maternales con quienes sufren.
Lectura del Texto Bíblico: San Mateo 11, 25-30
“En esa oportunidad, Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana”.
Reflexión:
Santa Catalina Labouré, llamada la santa del silencio, es la prueba más contundente de que la Medalla Milagrosa nos invita a llevar una vida de total sumisión y adhesión al proyecto de Jesús.
Ella nunca pretendió ser aplaudida, ni tener privilegios por haber recibido de la Virgen María la misión de acuñar y dar a conocer la Medalla, al contrario, se mantuvo en el anonimato sirviendo en los trabajos más sencillos de la comunidad.
Hoy la sociedad pide a gritos hombres y mujeres auténticos que se bajen de la comodidad y de los estereotipos, quiere sacerdotes y consagrados que tengan la capacidad de amar y de servir sin tanto protocolo, que sean cercanos, sin ínfulas de grandeza, que no pierdan el tiempo en tareas ociosas y no usen la fe para enriquecerse o pretender fama y poder; consagrados y consagradas que pasen por la vida sembrando esperanza y fortaleciendo la caridad entre todos.
En Santa Catalina encontramos ese llamado profético de la Santísima Virgen María, no solo a llevar la Medalla al pecho para demostrar que somos católicos sino a comprometernos a cambiar nuestra vida, a bajarnos de nuestros propios egos y a caminar del lado de Jesús como lo hizo María.
Actividad en grupo:
- ¿Qué aprendemos de la vida de santa Catalina Labouré?
- ¿Qué compromisos tenemos al terminar esta novena?
- ¿Qué otras enseñanzas podemos transmitir a través de la Medalla Milagrosa que nos permita ser profetas en nuestros días?
Invitamos a los integrantes de la comunidad a contar alguna historia o testimonio en relación a su encuentro con Dios y la Virgen a través de la Medalla Milagrosa.
ORACIONES FINALES
(Se sugiere escoger alguna de las que presentamos a continuación)
Consagración al Hogar
¡Oh Virgen María! A tu corazón inmaculado consagramos hoy nuestro hogar y todos los que lo habitan. Que nuestra casa sea, como la de Nazaret, morada de paz y de felicidad por el cumplimiento de la voluntad de Dios, por la práctica de la caridad y por el perfecto abandono a la Divina Providencia. Vela sobre cuantos lo habitan; ayúdales a vivir cristianamente; cúbrelos con tu protección maternal y dígnate, ¡Oh bondadosa Virgen María! formar de nuevo en el cielo este hogar que en la tierra pertenece por entero a tu Corazón Inmaculado. Amén
Oración a la Virgen Milagrosa
Virgen Inmaculada de la Medalla Milagrosa, que te manifestaste a Santa Catalina Labouré como mediadora de todas las gracias, atiende a mi plegaria. En tus manos maternales dejo todos mis intereses espirituales y temporales, y te confío en particular la gracia que me atrevo a implorar de tu bondad, para que la encomiendes a tu divino Hijo y le ruegues concedérmela, si es conforme a su voluntad y ha de ser para bien de mi alma. Eleva tus manos al Señor y vuélvelas luego hacia mí, Virgen poderosa; envuélveme en los rayos de tu gracia, para que a la luz y al calor de esos rayos me vaya desapegando de las cosas terrenas y pueda marchar con gozo en tu seguimiento, hasta el día en que bondadosa me acojas a las puertas del cielo. Amén.
Bendita sea tu pureza
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A Ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Amén.
Salve Regina
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oremos: Omnipotente y sempiterno Dios, que con la cooperación del Espíritu Santo, preparaste el cuerpo y el alma de la gloriosa Virgen y Madre María para que fuese merecedora de ser digna morada de tu Hijo; concédenos que, pues celebramos con alegría su conmemoración, por su piadosa intercesión seamos liberados de los males presentes y de la muerte eterna. Por el mismo Cristo nuestro Señor. Amén.
Sub tuum
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Amén.
Acordaos
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. ¡Oh Madre de Dios!, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.
OTRAS ORACIONES
Letanías
Dios, Padre celestial… ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo evangelizador de los pobres…
Dios, Espíritu Santo fruto del amor…
Santísima Trinidad, un solo Dios…
Santa María… ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios.
María, Mujer sin Mancha.
María, Madre Inmaculada.
María, Reina de las Misiones.
María, Promotora de la Caridad.
María, Mujer pobre, sencilla y humilde.
María, Virgen Poderosa.
María, Mujer Anunciada por los profetas.
María, Nueva Eva.
María, Madre Milagrosa.
María, Madre de todos en particular.
María, Intercesora de todas las Gracias.
María, Madre de los rayos.
María, Artífice de la Medalla Milagrosa.
María, Que te manifestaste a Santa Catalina Labouré.
María, Madre de las Hijas de la Caridad.
María, Madre de la Congregación de la Misión.
María, Inspiradora de todos los Movimientos Marianos Vicentinos.
María, Patrona de toda la Familia Vicentina.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oremos: Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
CANTOS MARIANOS
- Con la Música de la Blanca Paloma
Vicentinos unidos oramos (bis) /
Porque son tus rayos (tris)
Gracias del Señor. /
Milagrosa tus hijos cantamos (bis) /
Porque eres nuestra Madre (tris)
Madre de Jesús. /
Desde Francia hacia el mundo se extiende. (Bis) /
Tu medalla Santa (tris)
Regalo de Amor.
La Cruz y la M son signos (bis) /
Del amor de Cristo (tris)
Su madre nos dio.
Admirable extiende sus manos (bis) /
Pisando la muerte (tris)
Otorgó la paz.
- Con la Música del Ave María
María presente en la gracia de Dios,
Nos trae del cielo, precioso don.
Tu Santa Medalla, regalo de amor,
Gozosos portamos pidiendo favor.
Santa Catalina a la Madre vio,
Cantemos el ave a su concepción.
Son símbolos grandes de la redención,
Al cuello portarla con gran devoción.
Sos milagrosa Madre de Jesús,
Ruega por nosotros a Cristo el Señor.
Los dos corazones vencieron la ira,
De la cruel serpiente arpía enemiga.
El mundo a tus plantas ¡oh dulce Mujer!
Los rayos son gracias ¡Oh Virgen María!
La cruz y la eme, la unión de María
Con su Hijo bendito ¡oh reina María!
- Himno de la Medalla Milagrosa
La llevo en mi pecho porque prometiste
al que la portara una gran bendición.
Tu santa medalla me acompaña siempre,
a Ti buena Madre me entrego hoy.
Los rayos son tus gracias, Milagrosa,
que a todos tú derramas, Milagrosa.
Y brotan de tus manos, Milagrosa,
acogen a tus hijos, Milagrosa.
El pueblo confiado a ti clamó
Tu gracia divina
Y tu bendición.
Las doce estrellas,
Los dos corazones,
La cruz y la M
Son la redención.
Los rayos son tus gracias, Milagrosa,
que a todos tú derramas, Milagrosa.
Y brotan de tus manos, Milagrosa,
acogen a tus hijos, Milagrosa.
Oh María concebida sin pecado,
Ruega por nosotros que acudimos a Ti.
MISTERIOS CANTADOS
(con la música del Ave María)
Gozosos:
- Bajando del cielo el ángel de Dios anuncia el misterio de la Encarnación.
- La Virgen Bendita saluda a Isabel y su alma engrandece de Dios la merced.
- Radiante una estrella nos muestra en Belén, nacido entre pajas el Dios de Israel.
- Al templo llevando su humilde Jesús un rito Ella cumple de humilde virtud.
- Con crueles angustias lo buscan doquier cuando El entre sabios enseña la Ley.
Luminosos:
- En el Jordán Cristo alaba a Dios, y la voz del Cielo proclama al Señor.
- Su Madre en las bodas pide intercesión y Cristo el Buen Hijo atiende a su voz.
- Cambiando de vida los hombres tendrán, a Cristo el hermano como el Salvador.
- Delante de Pedro, Santiago y Juan, la gloria se admira en el monte Tabor.
- Admirable misterio de tan grande fe, La Eucaristía empieza a nacer.
Dolorosos:
- Contempla alma mía a Dios tu Señor sumido en la angustia haciendo oración.
- Ya rasgan sus carnes azotes sin fin, mis culpas merecen castigo tan ruin.
- Corona de espinas taladran su sien más mi alma lo aclama por Dios y por Rey.
- Un maduro madero soporta mi Bien, mis culpas cargaron un peso tan cruel.
- Con dura congoja clavado en la cruz salvándome muere mi dulce Jesús.
Gloriosos:
- Hosanna Aleluya el orbe exclamó al ver del sepulcro salir al Señor.
- Ya vas hacia el Padre mi Dios y mi Rey en medio del gozo no olvides tu grey.
- Espíritu Santo de Dios, Fuego y luz desciende trayendo saber y virtud.
- Del valle del llanto al reino de amor asciende María la Madre de Dios.
- Tu frente circunda corona imperial del cielo eres Reina, del mundo la Paz.
BENDICIÓN DE LA MEDALLA
V: Nuestro auxilio está en el nombre del Señor.
R: Que hizo el cielo y la tierra.
V: El Señor este con ustedes.
R: y con tu espíritu.
Oremos: ¡Oh Dios omnipotente y misericordioso! Que por las muchas apariciones en la tierra de la Inmaculada Virgen María, te has dignado obrar maravillas para la salud de las almas y de los cuerpos, concede tu bendición a estas medallas, imágenes y objetos religiosos y que quienes los veneren con piedad o los lleven con devoción, sientan tu protección y obtengan tu misericordia. Amén.
Y quienes lleven la Medalla Milagrosa por primera vez: reciban esta Santa Medalla. Llévenla fielmente, hónrenla con la veneración que merece, para que la piadosa y siempre Virgen María Reina de los Cielos, los proteja y los defienda, y renovando los prodigios de su Amor, les obtenga misericordiosamente del Señor cuanto pidieren, y vivan y mueran bajo su maternal protección. Amén.
Se rocía con agua bendita.