Novena a San Vicente de Paúl 2021 del 18 al 26 de septiembre

Novena a San Vicente de Paúl 2021 del 18 al 26 de septiembre

«San Vicente… las virtudes y los consejos evangélicos”

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Presentación:

«Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza» 2 Cor. 12, 9. En san Pablo la humanidad se reviste de una gracia singular y es en Jesús, él asume todas las dimensiones de la persona, en palabras de Vicente: “Cuando nos vaciemos de nosotros mismos, Dios nos llenará de él, pues no puede tolerar el vacío”, de este modo la espiritualidad central del carisma vicentino converge en la configuración con la persona de Jesús.
Ser como el Señor, hacer lo que él hizo, muchos santos se han hecho la pregunta ¿Qué haría Jesús en mi lugar? Una pregunta que debe ir acompañada de las herramientas propias de la espiritualidad vicentina, por un lado, las llamadas virtudes vicentinas y por otro los consejos evangélicos desde el enfoque propio de San Vicente de Paúl.

Para este año la edición de la novena contiene las reflexiones y las preguntas que han sido tomados del libro “En tiempos de San Vicente de Paúl… y hoy” de la editorial CEME, 1997. A fin de aprovechar las reflexiones de aquellos que nos han precedido en la misión de descubrir a San Vicente a través de sus escritos; y como cada año es para mí un honor alentar a la familia Vicentina de todo el mundo a meditar durante nueve días en la vida y obra de aquel, que ha merecido, ser recordado en la historia como el patrono universal de las obras de Caridad.

Dios los acompañe en este viaje novenario y la fiesta de San Vicente ilumine y arraigue nuestro compromiso cristiano por el Reino de Dios y su establecimiento entre los más pobres de nuestra tierra.

Andrés Felipe Rojas Saavedra, CM
Párroco del Santo Cristo de Guaranda

Aprobación: P. Diego Luis Vásquez Marín, cm – Superior provincial- Colombia

Reflexiones y preguntas: Tomadas del libro en tiempos de san Vicente de paúl… y hoy. Vol. I Y II

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh Dios, padre amoroso! Que por tu gran bondad nos has llamado a ser Evangelizadores de los pobres, siguiendo los caminos de tu Hijo amado Jesucristo, ayúdanos con el ejemplo de San Vicente de Paúl, a ser diligentes y audaces ante las necesidades de nuestros hermanos, con un corazón sensible ante los sufrimientos. Concédenos por tu Espíritu Santo, ser capaces de anunciar, practicar y testimoniar el Reino de Dios en todos los lugares del mundo, para que ninguna periferia se prive del anuncio gozoso de la salvación.

Que al contemplar a tu Hijo hecho hombre podamos pasar de la mesa de la Palabra y de la mesa de la Eucaristía a la mesa de los pobres, para compartir con los demás el Pan de Vida. Danos la capacidad de ser hombres y mujeres que encarnemos una verdadera espiritualidad para responder a los desafíos de hoy, te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN A SAN JOSÉ
propuesta por el papa Francisco en el año de san José

Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María. A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida. Concédenos gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. Amén.
Padrenuestro.

ORACIÓN A LA VIRGEN.
(De los escritos de San Vicente de Paúl)

Santísima Virgen María ayúdanos a estar dispuestos a practicar las máximas evangélicas, te pedimos que llenemos de ellas nuestro espíritu, llenemos nuestro corazón de su amor y vivamos en consecuencia. Por tu intercesión ya que, mejor que ningún otro, penetraste el sentido de esas enseñanzas y las practicaste. Para esperar que, al vernos aquí en camino de vivir según estas máximas, nos serán favorables en el tiempo y en la eternidad. (cfr. XII, 114-129)
¡Oh, santísima Virgen, pide al Señor este favor, pídele una verdadera pureza para nosotros, para toda la familia vicentina! Esta es la súplica que te hacemos. (cfr. XI, 447-449). Amén.
Dios te salve…. Gloria

Se dice el día correspondiente

GOZOS
“San Vicente de Paúl, enciende en nosotros
el fuego de la caridad”

Fuego de la caridad, desde el campo a la ciudad,
como campesino o preceptor; de misionero a fundador.
La llama ardiente de tu celo, nos pone en la misión de quitar el velo
a los esclavos y a los afligidos, a quienes damos el Evangelio.

Tus hijos e hijas llevan con pasión tu heraldo,
en el firmamento luz ponderosa de tu amor nos guía
con la fuerza imperativa de amar sin miedo,
a quien desde la cruz con amor nos mira.

En el horizonte nos invitas a fijar mirada,
amor efectivo reclaman los pobres.
que sea nuestra caridad inventiva y cimentada
para dar a quién reclama verdadero Pan de Vida.

Padre de los pobres, predicador infatigable
del celo por las almas compártenos ejemplo;
para dar a los pobres testimonio fiable
que conduzcan al hombre a verdadero templo

¡El pueblo muere de hambre y se condena!
Urge llevar el pan con justicia,
que sólo por nuestro amor
los pobres nos perdonarán

¡Oh Vicente de Paúl! Que no se halle en nosotros
un amor que sea subjetivo, ¡donativo debe ser!,
con el esfuerzo de nuestros brazos,
y en la frente el sudor, para dar a conocer al prójimo
el amor de nuestro Dios.

Misión y Caridad son las alas
que te llevaron al cielo,
a tu entrada, pobres y ricos te esperaban.
Gozosos tus hijos, mientras Cristo te coronaba
de laureles y santidad, padre y apóstol,
la Iglesia en ti se reflejaba.

ORACIÓN FINAL
AL CORAZÓN DE SAN VICENTE DE PAÚL

Oh Corazón de San Vicente que sacaste del Sagrado Corazón de Jesús, la caridad que tú derramaste sobre todas las miserias morales y físicas de su tiempo, alcánzanos de jamás dejar pasar a nuestro lado miseria alguna sin socorrerla.
Haz que nuestra caridad sea respetuosa, delicada, comprensiva, efectiva como fue la tuya. Pon en nuestros corazones una fe viva que nos haga descubrir a Cristo sufriente en nuestros hermanos desventurados.
Llénanos del celo ardiente, luminoso, generoso que jamás encuentre dificultad alguna en servirlos. Te lo pedimos, oh Corazón de Jesús por la intercesión de aquel, cuyo corazón no latía ni actuaba más que por impulso del tuyo. Amen

PRIMER DÍA
San Vicente de Paúl y la Sencillez

 Signo: La Imagen de San Vicente de Paúl, imágenes de palomas o banderas blancas, un cirio encendido y la Frase: “Dios se complace en un alma humilde”

 Canción: Iba por las calles

Iluminación Bíblica: Mateo 10, 16-20
«Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como las serpientes, y sencillos como las palomas. Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas; y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Mas cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros.

Escuchemos a San Vicente de Paúl:
«Dios ha prometido comunicarse a los pequeños y a los humildes y manifestarles sus secretos. Así pues, ¿por qué no vamos a creer que lo que se dice es de Dios, si lo dicen los pequeños y lo dice también a unos pequeños? Sí, Hermanas mías, Dios se goza tanto en esto, que hasta se puede decir que su mayor contento es darse a conocer a los humildes. A Él no le gusta la pompa y el ornato exterior; se complace en el alma humilde, en el alma que es instruida por Él solo y que no hace caso de la ciencia de este mundo» (IX, 367).

Reflexión:
Nuestro siglo, como el de san Vicente, está metido entre sutilezas, marrullerías, mentiras y orgullo. Pero como dice el sabio: «la hipocresía, como es un homenaje que el vicio rinde a la virtud», gusta de hablar de rectitud, de coherencia lógica, de con­ductas rectas; tiene sed, dice, de autenticidad. También se llevarán ropas cortadas con una sencillez afectada, que ¡hasta llevan falsos petachos! Será de buen tono la senci­llez de las residencias campestres y el amueblarlas con un falso rusticismo, con tal de que, sin embargo, se hallen en ellas toda la comodidad de la ciudad.
Hoy como ayer la sencillez, aunque se le den otros nombres, seduce y conquista los corazones. También nos hace encontrar en nuestras vidas, bajo las máscaras y disfraces, la sencillez del niño que ve las cosas como son, porque las contempla con ojos nuevos.
Necesitamos volver a encontrar la frescura de la expresión y de la imagen para ofrecer a nuestros contemporáneos la limpidez del Evangelio, tal como la oyeron por primera vez, a orillas del lago de Galilea, los que escuchaban a Jesús.

Preguntas:
 ¿Lleva mi experiencia espiritual el sello de la sencillez?
 ¿Es amor sincero, escucha, respuesta fiel, manteniéndome ante Dios tal como soy, para dejar que su palabra me convierta?
 ¿Es deseo de ponerme de acuerdo mi vida con el Evangelio que anuncio?
 ¿Es mi oración diálogo con Dios o conmigo mismo, encerrado en mis hermosas ideas replegada en mi sequedad?
 ¿Soy bastante sencillo ante los demás para compartir mi oración espontáneamente y sin miedo?

SEGUNDO DÍA
San Vicente de Paúl y la humildad.

Signo: Colocar dos materas, en la primera solo arena y en la segunda una frondosa mata o flor y la frase: “Donde el orgullo abunda no crece la vida”

 Canción: El Corazón de San Vicente de Paúl

 Iluminación Bíblica: Lucas 6, 20-23
Y él, alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: «Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios. Bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados. Bienaventurados los que lloráis ahora, porque reiréis. Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre.
Alegraos ese día y saltad de gozo, que vuestra recompensa será grande en el cielo. Pues de ese modo trataban sus padres a los profetas.

 Escuchemos a San Vicente de Paúl:
«Cuando alguien dice algo en su propia alabanza. No lo dirá quizás abiertamente, pero la verdad es que le gusta presumir: «Yo he hecho esto y aquello». Lo mismo que la fiebre se manifiesta en el calor, también el orgullo se da a conocer en la lengua. ¡Nos gusta tanto contar lo que hemos hecho! Esto lo traemos de lejos, de modo que no parece que deseamos que se nos alabe» (IX, 605-606).

 Reflexión:
¿Será necesario hablar aún hoy en día sobre la humildad? En un siglo en el que se trata de valorarse y de desembarazarse de complejos, esa palabra parece de otros tiempos y no tiene muy buena prensa. Por el contrario, es necesario afirmarse, desarrollar sus virtualidades, y es preciso sobre todo tener mano zurda y hasta pregonar-la. La publicidad se usa para eso y los oficios que se ocupan del espectáculo, como el cine, la televisión y ciertas formas de deporte, exaltan a cada paso la afirmación de uno mismo y practican la admiración recíproca. Quienes se escapan de lo que bien se puede llamar una farsa, a pesar de todo son especialmente apreciados y amados. Porque actualmente, a pesar de las apariencias, igual que en el siglo del Sr. Vicente, quienes no aplastan a los demás con su superioridad y los que se mantienen en lo que son, poniendo sus talentos al servicio de sus hermanos, son reconocidos y apreciados.
Tampoco la Iglesia se ha visto libre del espíritu mundano. Los métodos nuevos, en materia de pastoral o de catequesis, se juzgan a menudo al modo humano, es decir, por los resultados tangibles, y es difícil no mostrarse por ello satisfecho y hasta orgu­lloso. De ahí a considerar a los demás con un aire de superioridad no hay más que un paso. Igualmente la adopción de teorías que dan a unos la impresión de detentar las llaves del futuro y a los demás el defender la sana doctrina tradicional, crea grupos anclados en sus certezas orgullosas, seguros de poseer la verdad y encerrados en una mentalidad sectaria.
La gran virtud que se le exige a quien quiere consagrarse al Señor es la humildad. El que se dedica a continuar la misión de Cristo debe ponerse a disposición suya para dejarse llenar de Él y dejarle obrar en sí mismo.

Preguntas:
 ¿Qué significa la humildad, hoy en día?
 ¿En qué y por qué, al repasar los acontecimientos de mi vida, puedo decir que he sido, o no, humilde?
 Cuando otros me revelan una imagen acerca de mí, diferente de la que yo me hago, ¿cuáles son mis reacciones y por qué?

TERCER DÍA
San Vicente de Paúl y la mansedumbre.

Signo: Una vasija de barro entera, otras pequeñas vasijas rotas, unas manos que representen las del alfarero y la frase: “Un corazón manso reconoce que necesita de Dios”

 Canción: Vicente de Paúl eres un hombre para hoy

 Iluminación Bíblica: Mateo 11, 28-30
«Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»

 Escuchemos a San Vicente de Paúl:
«No hay personas más constantes y más firmes en el bien que los que son mansos y apacibles; por el contrario, los que se dejan llevar por la cólera y de las pasiones del apetito irascible, son ordinariamente muy inconstantes, porque no obran más que por arranques y por impulsos. Son como los torrentes que sólo tienen fuerza e impetuosidad en las riadas, pero se secan apenas ha pasado el temporal; mientras que los ríos, que representan a las personas apacibles, caminan sin ruido, con tranquilidad, sin secarse jamás» (XI, 752).

 Reflexión:
La mansedumbre ¿sería, en nuestro siglo, una virtud pasada de moda, igual que las tocas y los miriñaques de nuestras tatarabuelas? Pudiera ser que sí, pues actualmente se afirma con la palabra, con el dinero y con todo lo que él procura, por el poder, por la violencia. ¿Qué viene entonces a hacer aquí la mansedumbre? Viene a ser como una niña extraviada en un bosque infestado de fieras, y que trataría de cantar para darse ánimos pero el futuro no es de las fieras; de otro modo había que perder la esperanza en el hombre; ¡es de esa endeble criatura!
Sin querer hablar de la guerra o del terrorismo, formas extremas de la violencia, convengamos en: que nuestros hospitales y nuestras clínicas Psiquiátricas están saturadas de personas que la vida moderna ha destrozado; que los matrimonios, uno de cada cuatro, terminan en divorcios, cuyos interesados quedan desgarrados y, más aún, sus hijos; que las mujeres solitarias y las personas mayores viven con miedo: miedo a la soledad y a la noche, cómplices de las agresiones; que, cada año, la carretera nos es más mortífera que las guerras en curso, sean las que sean: Líbano, El Salvador, Camboya, Afganistán.
Ya es tiempo de que acallemos nuestras voces discordantes, nuestras querellas por precedencias, nuestras disputas políticas, nuestros rencores y nuestras sospechas para escuchar la vocecita de la mansedumbre.

Preguntas:
 La violencia no está solamente en los demás, está en mí. No es necesariamente violencia física; se manifiesta también en la manera de ser, de pensar, de obrar, de defender las ideas que rechaza opiniones diferentes, a través de una forma de servir, que hace a los pobres muy dependientes.
 ¿Cuál es la violencia que descubro en mí? ¿cómo se manifiesta?: ¿en mi vida? ¿en mis relaciones?

CUARTO DÍA
San Vicente de Paúl y la mortificación.

Signo: Distintas imágenes o elementos que representen la sociedad de consumo, egoísta y hedonista, rodeadas por unas cadenas o una jaula y la frase: “Dejémonos liberar de los placeres que nos impiden salir de nosotros mismos”

 Canción: Las virtudes vicentinas

 Iluminación Bíblica: Mateo 16, 24-26
Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará. Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida?

 Escuchemos a San Vicente de Paúl:
«Después de todo, tenéis que estar resueltas a sufrir. Y ¿quién no sufre en la tierra? Pen­sad en las mejores almas que hayáis conocido y mirad a ver si no tuvieron todas ellas sufrimientos, unas de una clase y otras de otra. Quizás creáis que sois vosotras las úni­cas. Pero es una regla general que todas las personas buenas serán perseguidas: esto debe obligaros a no quejaros nunca ni a decir vuestras penas a las Hermanas o a los seglares. Hermanas mías, ¡cuántas han perdido su vocación por no haber tomado de la mano de Dios las mortificaciones que les llegaban y se arrepentían, cuando ya no era tiempo!» (IX, 798).

 Reflexión:
San Vicente, en ese siglo, fue un hombre ponderado. No hace de la mortificación un valor en sí misma; para él sólo es un medio y no un fin en la jerarquía espiritual de los valores. Realista, sabe por experiencia, que es condición de vida habitual de los pobres, que viven en la miseria y en la incertidumbre del día de mañana. Son las personas con el mañana asegurado quienes buscan las mortificaciones; los pobres no necesitan buscarlas: ¡son su pan de cada día!
En el plano personal, la mortificación es para cada uno una condición de la libertad espiritual, si no quiere ser esclavo de sus pasiones, la condición de una vida desarrollada como un árbol que, podado con regularidad, se expande armoniosamente y da fruto.
En la comunidad, no es necesario ir en busca de mortificaciones extraordinarias: las impuestas por la vida comunitaria son suficientes. El hecho de tener que soportase fraternalmente constituye una mortificación de todos los días. Hay que aceptarla, si se quiere que la vida comunitaria sea posible.
La mortificación, finalmente, forma parte de nuestra vocación. Estamos llamados a participar, a comulgar con las privaciones, con las angustias de los pobres, si queremos ser comprendidos y ser amados por ellos.

Preguntas:
 ¿Cómo entender hoy la mortificación?
 ¿Es privación, frustración, actitud voluntarista, un fin en sí misma?
 ¿Humildad, verdad para descubrir la realidad, de uno mismo, de otros?
 ¿pobreza que reprime la posesión a toda costa, la voluntad de poder?
 ¿inmersión en el misterio pascual, paso por la muerte…para vivir?

Quinto DÍA
San Vicente de Paúl y el celo.

Signo: Varios cirios encendidos unos más desgastados que otros, imágenes que representen los distintos continentes, elementos misioneros y la frase: “Somos Iglesia llevando la luz en medio de las tinieblas”

 Canción: Por los caminos de Vicente

 Iluminación Bíblica: Marcos 16,15-18
Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.»

 Escuchemos a San Vicente de Paúl:
«Mirad, Padres y Hermanos míos, hemos de tener en nuestro interior esta disposición, y hasta este deseo, de sufrir por Dios y por el prójimo, de consumirnos por ellos. ¡Oh, qué dichosos son aquéllos a los que Dios les da estas disposiciones y deseos! Sí, Padres, es menester que nos pongamos totalmente al servicio de Dios y al servicio de la gente; con­sumirnos por esto, dar nuestras vidas por esto, despojarnos, por así decirlo, para revestimos de nuevo; al menos, querer estar en esta disposición, si aún no estamos en ella; estar dis­puestos y preparados para ir y marchar adonde Dios quiera, bien sea a las Indias o a otra parte; en una palabra, exponernos voluntariamente en el servicio del prójimo, para dilatar el imperio de Jesucristo en las almas. Yo mismo, aunque ya soy viejo y de edad, no dejo de tener dentro de mí esta disposición, y estoy dispuesto incluso a marchar a las Indias, para ganar allí almas para Dios, aunque tenga que morir por el camino o en el barco» (XI, 281).

 Reflexión:
El celo misionero que san Vicente insufló en sus discípulos, continuará animándo­los a lo largo de los siglos, y los llevará a los primeros puestos del combate apostólico.
Sin hablar de los más ilustres, a quienes la Iglesia ha colocado ya en los altares. Aún hoy, el hervidero de iniciativas que surgen por todos los lados, en la Iglesia, nos demuestra que el celo apostólico no ha muerto y que el fuego, encendido por Cristo, sigue ardiendo.
Pero la sabiduría y la ponderación del Sr. Vicente nos son más necesarias hoy que nunca. Porque, en efecto, se trata de trabajar para el advenimiento del reino de Dios, y no para levantar la cortina ante una «gran tarde» preparada por la lucha de clases, ni para la vuelta de una teocracia, cuyos integrismos de las diversas religiones nos dan una primera impresión ácida: «el buen vino se convierte fácilmente en vinagre».
Eso sería volver una vez más a la tentación de siempre, que consiste en mezclar la política con la religión, y descuidar la enérgica consigna del Sr. Vicente a Guillermo Gallais: «No es conveniente, Padre, que nos mezclemos en negocios seculares, aunque tengan alguna relación con las cosas espirituales» (II, 376).

Preguntas:
 ¿De qué manera me siento comprometido con la misión de la Iglesia?
 ¿Cuáles son las principales escusas que escucho o que yo mismo pongo para ir a Misión?
 ¿Predico con entusiasmo o me dejo llevar por la pereza y la desidia a la hora de hablar de Jesús?

Sexto DÍA
San Vicente de Paúl y la pobreza

Signo: Distintas imágenes de personas pobres y en otro lado imágenes de personas opulentas en el centro un cofre que tenga una perla que diga JESUS y la frase: “El espíritu de pobreza es el espíritu de Dios”

 Canción: "Vicente de Paúl", Ixcís

 Iluminación Bíblica: Mateo 6, 24-26
Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero. «Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas?

 Escuchemos a San Vicente de Paúl:
«La pobreza es una renuncia voluntaria a todos los bienes de la tierra por amor de Dios, y para servirlo mejor y cuidar de nuestra salvación; es una renuncia, un desprendimiento, un abandono, una abnegación. Esa renuncia es exterior e interior, no solamente exterior. No sólo hay que renunciar externamente a todos los bienes; es preciso que esa renuncia sea interior, que parta del corazón. Junto con los bienes, hay que dejar también el apego y el afecto a esos bienes, no tener el más mínimo amor a los bienes perecederos de este mundo. Renunciar externamente a los bienes, conservando el deseo de tenerlos, es no hacer nada, es burlarse y quedarse con lo mejor. Dios pide principalmente el corazón, el corazón, que es lo principal» (XI, 156).

 Reflexión:
San Vicente temía, sobre todo, que un misionero se apegara a las riquezas de este mundo por miedo a que resultara «clavado por esas espinas y atado por sus ligaduras». (Abelly, o. c., p. 733)
Predecía a sus comunidades que perecerían más bien por la abundancia de riquezas que por su carencia. «No somos bastante virtuosos para poder soportar el peso de la abundancia y el de la virtud apostólica» (II, 396), decía san Vicente. Hemos sufrido en diversos sitios, varios despojos a lo largo de nuestra historia, y nuestras comunidades, ¡no están muertas, no! Nuestra acción apostólica no se verá entorpecida por la pobreza, ¡al contrario! Esta enseñanza vale tanto para nosotros como para la Iglesia en general. San Vicente fue llamado para que diera consejos a comunidades muy diferentes de las suyas, y sobre esta cuestión de los bienes materiales, no ha cambiado.
Sabemos que lo que choca siempre más al mundo de los pobres es la riqueza real o supuesta de la Iglesia; eso se considera que es lo más contrario al espíritu del evangelio. No es necesario hacer grandes y bellos discursos, la gente modesta no los entiende; escribir sabias pastorales, no las leen. Basta para los humildes que se esté con ellos, que se viva cerca de su nivel de vida, que nos consideren como uno de ellos. San Vicente, lejos de renegar de sus orígenes campesinos, supo mantenerse como un hombre del pueblo, poniendo todo su saber, su haber y su poder al servicio de los humildes. De siglo en siglo, ellos lo han reconocido siempre como uno de los suyos.

Preguntas:
 ¿Quién querrá ser rico, cuando el Hijo de Dios ha querido ser pobre? (IX, 813).
 ¿Cómo nos esforzamos en estar disponibles, atentos y abiertos a los demás, actitudes reveladoras de un verdadero espíritu de pobreza?

Séptimo DÍA
San Vicente de Paúl y la castidad

Signo: Un corazón grande que represente el corazón de Dios y unos corazones más pequeños que tengan nombre o fotografías conectados por una cuerda con el corazón principal y la frase: “Amar como Dios nos ama”

 Canción: Amigo Vicente.

 Iluminación Bíblica: Mateo 19, 10-12
Le dijeron sus discípulos: «Si tal es la condición del hombre respecto de su mujer, no trae cuenta casarse.» Pero él les dijo: «No todos entienden este lenguaje, sino aquellos a quienes se les ha concedido.
Porque hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos. Quien pueda entender, que entienda»

 Escuchemos a San Vicente de Paúl:
«Pensemos un poco en ello, si os parece. Es cierto que yo he sido enviado, no sólo para amar a Dios, sino para hacerlo amar. No me basta con amar a Dios, si no lo ama mi prójimo. He de amar a mi prójimo, como imagen de Dios y objeto de su amor, y obrar de manera que a su vez los hombres amen a su Creador, que los conoce y reconoce como hermanos, que los ha salvado, para que con una caridad mutua también ellos se amen entre sí por amor de Dios, que los ha amado hasta el punto de entregar por ellos a la muerte a su único Hijo. Ésa es mi obligación» (XI, 553-554).

 Reflexión:
El señor Vicente recomienda a sus sacerdotes los medios clásicos: una gran reser­va en el ministerio acerca de las mujeres, la mortificación de los sentidos en el beber y en el comer, la oración y la devoción a la santísima Virgen. A las Hijas de la Cari­dad, en sus relaciones infracomunitarias, les recomienda que sólo tengan afecciones sobrenaturales, orientadas al amor de Dios y al servicio de los pobres.
La reserva y la prudencia del señor Vicente, con todo, no excluyen la expresión de sentimientos humanos por lo que toca a las personas con quienes uno se cartea. Con bastante frecuencia usa, por lo que toca a tal o cual cohermano, la expresión:
«Le abrazo, le quiero más que a mí mismo» (III, 26, 35); y a otro: «Hablo al buen Fonteneil como al corazón de mi corazón» (I, 311). Llega hasta a escribir: «El padre Delville a quien quiero más que a mí mismo un millón de veces» (III, 228). A Luisa de Marillac, que firma: «Su pequeña hija y servidora» (III, 238) o también: «Su muy obligada hija», le responde: «Mi corazón ya no es mi corazón, sino el suyo en el de nuestro Señor, que deseo sea el objeto de nuestro único amor» (I, 225-226); o también: «Sólo la muerte es la que me impedirá ser, en el amor de nuestro Señor, su muy humilde servidor» (I, 423-424). Esto no impide cierta guasa: “Prepárese a una buena reprensión» (I, 213), quiere decir que le tiene que hacer unas observaciones; o también: «Procure conservarse bien a pesar de su catarro y no haga tanto esta vez» (I, 253); o bien: «Le ruego esté siempre alegre, aunque tenga que disminuir un poco esa pequeña seriedad, que la naturaleza le ha dado y que la gracia endulza» (I, 499).
Nos señala un camino de sabiduría, en el que haremos bien inspirarnos sin dejar-nos impresionar por la evolución de las costumbres. Tiene en las mujeres una confianza llena de imaginación, pero su reserva es tal que él no se impone, deja obrar a la gracia y hacer por medio de ellas cosas grandes. Está totalmente entregado a la Misión y al servicio de los pobres: ése es su único amor, todo lo demás queda subordinado. ¡Ojalá pueda ser así en nosotros!

Preguntas:
Nadie que haya dejado casa, mujer, hermanos, padres o hijos por el reino de Dios quedará sin recibir mucho más al presente y, en el tiempo venidero, vida eterna (Lc 18, 29-30). «La castidad es una actitud, que tiene su fuente en una visión de fe y se manifiesta como una expresión del amor». Ese mucho más prometido por el Señor desde ahora:
 ¿En qué signos lo reconocemos?
 ¿Estamos persuadidos de que todo lo que vivimos cada día en el amor viene de Dios?
 ¿Qué medios empleamos para ser cada vez más conscientes de eso?
 ¿Cada vez más imbuidos de eso?

OCTAVO DÍA
San Vicente de Paúl y la obediencia

Signo: Un camino con muchas señales de dirección, y en el centro la cruz y la frase: “Cristo obediente hasta la muerte y una muerte de cruz”

 Canción: Un amor ardiente a Jesucristo

 Iluminación Bíblica: Juan 6, 37-40
Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré fuera; porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta es la voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último día. Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día»

 Escuchemos a San Vicente de Paúl:
Tenéis que obedecer también a la dirección de la divina Providencia, aceptando y recibiendo de la mano de Dios todo lo que se os mande.
Pero, hijas mías, veamos qué razones tenemos para obedecer. La primera es que la obediencia es tan agradable a Dios, que nos ha hecho decir por los santos Padres de la Iglesia que valía más que el sacrificio. Pues bien, mis queridas hermanas, no ignoráis la grandeza del sacrificio, puesto que en todo tiempo Dios ha hecho que se le ofrecieran sacrificios para aplacar su divina justicia, justamente irritada contra el hombre a causa de sus pecados; y puesto que él ha dicho, por la voz de la Iglesia, que la obediencia vale todavía más, ved cuánto debéis estimarla.
Otra razón es que el Hijo de Dios ha querido sujetarse a ella y la practicó perfectamente durante treinta años, y la santísima Virgen, durante toda su vida, con san José. Se ha dicho del Hijo de Dios que fue obediente hasta la muerte de cruz. Hijas mías, ¿qué motivo más poderoso podríais tener para amar y practicar la santa obediencia? (IX, 82)

 Reflexión:
La obediencia para él no es una obediencia ciega, sino una obediencia para el servicio y, en particular, para el servicio de los pobres.
Así pues, los superiores, aún siendo por tradición en sus decisiones los intérpretes de la voluntad de Dios, no por eso están habilitados para mandar, siguiendo su fantasía cualquier cosa, en nombre de la obediencia. Para ellos, igual que para los que han de obedecer, tanto el servicio de los pobres, como la misión es lo principal. La voluntad de Dios hay que interpretarla a la luz de este principio que, si “los pobres son nuestros señores y nuestros amos”, es por ellos por lo que el Señor se dirige a nosotros.
Los superiores en el ejercicio moral de sus funciones, están pues habilitados para decirnos la voluntad de Dios. “no es la superiora la que obedece, sino a Dios, que se la ha puesto para que conozca su voluntad” (IX, 959). La obediencia también afecta a los superiores. No tema someter su juicio y sus decisiones al consejo de otros, sobre todo, al consejo de personas que sus cargos hacen particularmente competentes, como son los hermanos en su oficio.

Preguntas:
 ¿Cómo realizamos y verificamos nuestra adhesión a los planes de Dios en el diario quehacer de nuestras vidas? (profesional, comunitaria, diversos compromisos)
 ¿Hacemos con otros, en plan de Iglesia, una relectura de los pequeños acontecimientos, así como de los grandes que tejen nuestras jornadas, con el fin de servir mejor a los pobres?
 ¿Cómo aceptamos ser dependientes y solidarios de una comunidad, de un grupo, de un pueblo?

Noveno DÍA
San Vicente de Paúl y la liberación

Signo: La Palabra de Dios en el centro, distintas velas alrededor, mensajes de algunos participantes sobre su testimonio vicentino y la Frase: “Servir al pobre con el sudor de nuestra frente”

 Canción: Vicente de Paúl en ti vemos a Dios. 

 Iluminación Bíblica: Lucas 4, 17-21
Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy»

 Escuchemos a San Vicente de Paúl:
«Si hay algunos entre nosotros que crean que están en la Misión para evangelizar a los pobres y no para cuidarlos, para remediar sus necesidades espirituales y no las temporales, les diré que tenemos que asistirlos y hacer que los asistan de todas las maneras, nosotros y los demás, si queremos oír esas agradables palabras del soberano juez de vivos y de muertos: «Venid, benditos de mi Padre; poseed el reino que os está preparado, porque tuve hambre y me disteis de comer; estaba desnudo y me vestisteis; enfermo y me cuidasteis». Hacer esto es evangelizar de palabra y de obra; es lo más perfecto» (XI, 393).

 Reflexión:
La acción liberadora de san Vicente manifiesta siempre dos aspectos: la evange­lización o anuncio de la Buena Noticia, revelando a quienes ata la ignorancia, la superstición o el pecado, que son hijos de Dios, que están llamados a la libertad de los hijos de Dios y deben portarse como tales. Pero, al mismo tiempo, que esta Buena Noticia es proclamada, es necesario que una realización concreta la haga creíble, muestre que transforma incluso materialmente la vida de aquéllos para quienes es anunciada. No basta con persuadir a alguien que es hijo de Dios, si se le deja sumido en una miseria indigna de un ser humano.
Por eso mismo, las misiones siempre van acompañadas de la creación de un equipo de caridad, y que los cuidados ofrecidos a las miserias materiales desembocan normalmente en una elevación espiritual, así se expresa, desde el año 1617, el reglamento de la Caridad de Chátillon.
En todas sus iniciativas, san Vicente respetó estos dos aspectos, el anuncio y la realización de la Buena Noticia de liberación, es lo que él llama: «Evangelizar con palabras y con obras, y esto ea lo más perfecto» (XI, 393).
Para anunciar a los pobres la Buena Noticia, Jesús se hizo también pobre. Vino a compartir la condición de aquéllos a quienes se dirigía. San Vicente, después de que, en frase suya, «dio vuelta a la medalla», esto es, después de que hubo descubierto el rostro del divino Pobre detrás de la máscara de quienes se habían encontrado con él, se dio cuenta de que la Buena Noticia para los pobres no podía ser anunciada sino por los pobres, la libertad en relación con todas las cadenas no podía ser proclamada sino por hombres libres, por personas libres de las servidumbres materiales y morales del dinero y del poder.

Preguntas:

  1. «Rompí las coyundas de vuestro yugo y os hice andar con la cabeza erguida (Lc 26, 13).
     ¿Cuando hablamos de «liberación», qué queremos decir?
     ¿Qué experiencia personal tenemos de ella?¿De qué liberaciones somos testigos o actores?
  2. «Para anunciar la Buena Noticia a los pobres» (Lc 4, 18).
     ¿Qué dicen en derredor nuestro sobre el papel y el lugar de la Iglesia en relación a la liberación y a la promoción de los hombres? ¿Qué pensamos nosotros?
     ¿El Evangelio es para nosotros fuente de liberación? ¿Cómo?
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1 comentario

  1. Sor Inés Ma. Arévalo Estrada

    P. Andrés Felipe. Desde Ecuador mil gracias por el trabajo tan vicentino y su generosidad de comparatirlo. En Ecuador socializaré con todos los que nos sea posible.
    GRACIA PADRE.
    BENDICIONES
    SOR INES AREVALO

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