Antes del 2017 a casi ningún miembro de la Familia Vicentina le era familiar el nombre de sor Helena Studler, era una anónima más entre tantas Hijas de la Caridad que silenciosamente han entregado su vida al servicio de los más pobres. Fue gracias a la Película «Red de libertad», que el nombre de Sor Helena fue conocido en todos los ambientes vicencianos, ya sea porque por casualidad se encontraron con el tráiler (replicado en muchas páginas) o por la película que muchos fuimos a ver en las salas de cine de España y varios países latinoamericanos.
La película, dirigida por Pablo Moreno y rodada principalmente en Burgos (España), cuenta la historia de una hija de la caridad francesa que, durante la II Guerra Mundial, organizó una red de contactos para salvar prisioneros de las manos de los nazis. No deja de asombrarnos el realismo y la pasión que Assumpta Serna (la protagonista) ha sabido imprimir al personaje. Vale la pena rescatar que la película fue también una obra conmemorativa por los 400 años del Carisma Vicenciano, entre Pablo Moreno y las Hijas de la Caridad en España escogieron a sor Helena para contar su historia en la gran pantalla.
De ella se conoce muy poco; tres han sido los autores que han contado su historia: Annick Studler en el 2009 escribió un libro llamado “Sœur Hélène Studler Notre-Dame des prisonniers” (Sor Helena Studler, nuestra señora de los prisioneros), y Boris Holban, «Hélène Studler, la passeuse de liberté» (Helena Studler, Mensajera de Libertad), este último de quien se dice en la película fue uno de los liberados de los campos de concentración y que en su libro cuenta la experiencia junto a la hermana.
En el primer libro mencionado encontré elementos importantes e imágenes inéditas (fuente: http://soeurhelene.blogspot.com) que me permito presentar aquí, haciendo un breve resumen.
El departamento de Mosela, y más concretamente la ciudad de Metz, no solo fue uno de los territorios anexionados por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, sino que también fue una tierra de resistencia. Sor Helena fue una de las grandes figuras de Metz. Para honrar su memoria, tres eventos fueron realizados: el regreso de su cuerpo en la localidad en 1946, la erección de una estatua en su honor en 1947 y el nombramiento de un cuadrado en 1950.
La familia Studler, de origen alsaciano, emigró en 1870 y se estableció en Amiens, donde sor Helena nació, poco después en 1891. Después de la muerte de su madre y su padre, entró a la compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Como Hija de la Caridad, fue enviada a Vitry-le-François en 1913, donde pasó la guerra cuidando a los heridos.
Después llega a Metz al Hospicio de San Nicolás, donde por durante 20 años se dedicará a los niños pobres y a la juventud. En vísperas de la guerra era una figura muy popular en Metz. Al principio ella se hizo cargo de las familias evacuadas de las áreas fronterizas. Luego, gradualmente, establecería uno de los canales de paso más importantes para los prisioneros escapados y refractarios a Lorena.
Su red estaba bien estructurada; pocos funcionarios directos estaban a cargo de recibir «paquetes» en varios lugares, generalmente iglesias, y de acompañarlos a la estación (ferrocarril o autobús).
Allí, entregaron sus «paquetes» a transportadores que los siguieron a distancia, ya sea a las estaciones de tren de Rosselange, Moyeuvre o Amanvillers.
El destino del autobús era generalmente Saint-Privat, Sainte-Marie-aux-Chênes o Montois.
A los fugitivos les dieron boletos e instrucciones para la llegada.
Allí, los transportadores les confiaron a familias u organizaciones que se ocuparon del alojamiento, la vestimenta, la entrega de documentos falsos y el paso hacia el área no ocupada.
Un día, Suzette THIAM, colaboradora directa de sor Helena, recibe dos «paquetes» en la iglesia de Saint-Martin: uno era François Mitterand (futuro presidente de Francia), el otro su amigo Pelat.
Esta intensa actividad de la hermana Helena había despertado la atención de la Gestapo.
Arrestada, pasó ocho meses en prisión y fue liberada bajo fianza de una personalidad de Metz. Apenas liberada, reanudó su peligrosa actividad.
Documentos auténticos: