Con mucho asombro he ido viendo a través de las redes sociales una cantidad de páginas de supuestas comunidades religiosas, pero cuando entramos a verlas con detalle nos llevamos la cruda sorpresa que no se tratan de verdaderas comunidades católicas, sino de sectas que utilizan el nombre de la Iglesia para ganar fieles o adeptos católicos.
Les explico: nosotros como Católicos, Apostólicos y Romanos, tenemos como cabeza al Papa que vive en Roma, para que una comunidad religiosa sea aprobada debe contar con el beneplácito de los obispos del lugar (aprobación diocesana) o del mismísimo Sumo Pontífice (aprobación pontificia). Muchos laicos, ex sacerdotes o ex seminaristas que han salido de la Iglesia Católica, por diversos motivos, han ido a formar “rancho aparte”.
Lo más triste de la situación es que en algunos casos se trata de verdaderos sacerdotes, ordenados válidamente por un obispo, pero que decidieron pedir dispensa de su ministerio a Roma, luego se casaron tuvieron hijos, y engrosaron las filas de estos “sectarios” y han vuelto a ejercer su ministerio en contra de la autoridad del Papa.
Esto es demasiado delicado, puesto que los sacramentos celebrados en estos “movimientos” no gozan de validez ante la Iglesia Católica, ya que es imposible determinar quienes son verdaderos y quienes no, pues muchos se han llegado a autoproclamar obispos y han ordenado personas sin ningún tipo de experiencias, muchos de ellos son ordenados a los dos o tres años de pertenecer a las supuestas comunidades.
A todos los fieles esto es una verdadera alerta, la vida sacramental puede estar en peligro. Muchos de ellos utilizan un lenguaje engañoso y de buenas a primeras no son sinceros al decir que no son católicos, usan nombres muy parecidos por ejemplo, hay una secta que al parecer nació en el Perú y ya está en Colombia: Católicos, Apostólicos y Renovados; otra en México: Católicos, Apostólicos y Guadalupanos y así otros sin número de sectas que llevan por nombre cofradías o se auto definen como tradicionalista, incluso en Colombia hay una que se llama Iglesia Católica Antigua.
Pero aparte de estas autodenominadas iglesias católicas y apostólicas, existe unas mucho más peligrosas, las que se hacen llamar “anglicanas” pero tampoco están en comunión con Inglaterra, y gozan de personería jurídica distinta. Recordemos que la Iglesia Católica Apostólica ha tenido dos grandes fracturas o cismas, el primero el cisma de Occidente con Oriente en 1054, que dió origen a la Iglesia Católica Ortodoxa y en 1534 cuando Enrique VIII decidió separarse de Roma, porque no permitió su divorcio con Ana Bolena, que dió origen a la Iglesia Anglicana.
Pero para sorpresa de muchos éstas nos han sido las únicas dos veces en que algunos contrarios al Papa han decidido salirse de la Iglesia y formar sectas idénticas, la iglesia católica de Suiza, la Iglesia Católica Rusa; y la más reciente los Lefebvrianos que se separaron concluido el Concilio Vaticano II, encabezados por el obispo Marcel Lefebvre que se negó aceptar las reformas litúrgicas y canónica.
La verdad es imposible dar un veredicto sobre el porqué de estas sectas y sus personajes ¿lo hacen por dinero, por frustración, por estatus o de buena fe? No lo sabemos.
Mucho cuidado aquellos que se separan de la Iglesia por simple comodidad o por ignorancia, aquellos que incurren en ésta falta son excomulgados sin necesidad de un proceso penal dentro de la Iglesia, el cisma es una falta grave dentro de la Iglesia, según el mismo derecho canónico.
La herejía, el cisma y la apostasía están tipificados como delitos canónicos castigados con excomunión latae sententiae (cf. can. 1364). Además, las Modificaciones a las Normas de los delitos más graves de 21 de mayo de 2010 en su art. 2º, establece que estos son delitos más graves y están reservados a la Congregación para la Doctrina de la Fe.
La herejía, el cisma y la apostasía tienen otras consecuencias:
a) El can. 1184 § 1, 1 indica que se deben negar las exequias eclesiásticas “a los notoriamente apóstatas, herejes o cismáticos”, salvo que haya manifestado algún signo de arrepentimiento antes de morir.
b) Según el can. 1041, 2, son irregulares para recibir las órdenes sagradas “quien haya cometido el delito de apostasía, herejía o cisma”.
c) El can. 194 § 1, 2, establece que queda removido del oficio eclesiástico ipso iure “quien se ha apartado públicamente de la fe católica o de la comunión de la Iglesia”.
Importante que no asista a templos que no estén erigidos canónicamente por un Obispo en plena comunión con Roma. Para celebraciones en sus casas, fabricas o empresas recuerde pedir al sacerdote la licencia eclesiástica que debe estar firmada por el obispo de la Diócesis donde se encuentre. Evite celebrar sacramentos en Iglesias de dudosa procedencia o donde se ofrece servicios más ágiles.
Así mismo existen muchas páginas web, sitios en Internet y hasta canales que se hacen pasar por católicos pero están en contra del Papa: Gloria TV, Tele Amiga (Colombia), entre otros.
Un gusto compartir con ustedes éste artículo que hemos preparado desde Corazón de Paúl.
Inprecisión histórica, los lefebrianos nos están separados de Roma, Benedicto XVI, les levantó la excomunión.