LH-Beata Lindalva Justo, HC

LH-Beata Lindalva Justo, HC

Día 7 de Enero
BEATA SOR LINDALVA JUSTO DE OLIVEIRA

Memoria

Sor Lindalva Justo de Oliveira nació el 20 de octubre de 1953 en Sitio Malhada de Areira, Açu, Brasil.

Desde la infancia se destacó por un amor particular por los más necesitados. Como Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl, sirvió a los pobres y a los ancianos. Fue un ejemplo eximio en el trabajo, en la entrega y en el fomento del espíritu de comunión con todos, en particular con las Hermanas. Su servicio de caridad creció sin descanso y defendió esforzadamente su virginidad hasta la muerte. Coronada con el don del martirio, murió el 9 de abril de 1993 en Salvador Bahía, y fue beatificada el 2 de diciembre de 2007 en la misma ciudad.

OFICIO DE LECTURA
Del común de Vírgenes.

SEGUNDA LECTURA
(S. Luisa de Marillac, correspondencia y escritos, Salamanca 1985. pp. 763 – 764)

San Pablo nos dice llorando que muchos caminan como enemigos de la Cruz de Jesucristo. Estamos, pues, llamados a honrar la Santa Cruz entendida en el sentido de toda clase de sufrimientos, tanto los relacionados con la misma cruz en la que Nuestro Señor fue clavado, como las demás penas y dolores que padeció durante su santa vida humana, como Él mismo nos lo enseña en diversos lugares de los santos evangelios. Pero principalmente las almas escogidas por Dios están de manera muy particular destinadas al sufrimiento, que es para ellas tan dulce y agradable que antes preferirían morir que no tener que sufrir, puesto que para ellas amar y sufrir es una misma cosa.

Nuestro Señor ha querido darnos a conocer su dignidad diciendo que San Pablo sería honrado con Él por su nombre, y esta creencia debe afianzarse con toda verdad en nuestros corazones, porque ¿qué es lo que hacemos en este mundo cuando sufrimos? Nos aplicamos los méritos de los sufrimientos de Jesucristo.

Y ¿Qué hace Dios en el cielo? Da eternamente cumplimiento a la muerte y padecimientos de su Hijo, haciendo bienaventuradas a las almas redimidas con esos padecimientos.
¡Oh Cruz! ¡Oh sufrimientos! ¡Qué amables son, puesto que el amor de Dios les ha cedido el puesto, en su Hijo, para adquirir por su medio el poder de otorgar su paraíso a los que las delicias habían arrojado hacia Él!

RESPONSORIO Sir 51, 1-2; sal 30, 8.
R/ Daré gloria a tu nombre, Señor. *Porque fuiste mi ayuda y protección.
V/ Exultaré de gozo por tu gracia. *Porque fuiste mi ayuda y protección.

LAUDES

INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)

V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. Venid adoremos al Señor, Rey de los vírgenes

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Venid adoremos al Señor, Rey de los vírgenes

HIMNO: 

Nos apremia el amor, vírgenes santas,
vosotras, que seguisteis su camino,
guiadnos por las sendas de las almas
que hicieron de su amor amar divino.

Esperasteis en vela a vuestro Esposo
en la noche fugaz de vuestra vida,
cuando llamó a la puerta, vuestro gozo
fue contemplar su gloria sin medida.

Vuestra fe y vuestro amor, un fuego ardiente
que mantuvo la llama en la tardanza,
vuestra antorcha encendida ansiosamente
ha colmado de luz vuestra esperanza.

Pues gozáis ya las nupcias que el Cordero
con la Iglesia de Dios ha celebrado,
no dejéis que se apague nuestro fuego
en la pereza y el sueño del pecado.

Demos gracias a Dios y, humildemente,
pidamos al Señor que su llamada
nos encuentre en vigilia permanente,
despiertos en la fe y en veste blanca. Amén.

SALMOS PROPIOS DEL DÍA CLIC AQUÍ

LECTURA BREVE Ct 8, 7

Las aguas torrenciales no podrían apagar el amor, ni anegarlo los ríos. Si alguien quisiera comprar el amor con todas las riquezas de su casa, se haría despreciable.

RESPONSORIO BREVE

V. Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. Aleluya, aleluya.
R. Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. Aleluya, aleluya.

V. Tu rostro buscaré, Señor.
R. Aleluya, aleluya.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. Aleluya, aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. “Hijas mías, por una Hermana que reciba el martirio, vendrán otras muchas; su sangre será como una semilla que dará fruto y un fruto abundante. La sangre de nuestras Hermanas hará que vengan otras muchas y merecerá que Dios les conceda a las que quedan la gracia de santificarse” (S.V.P IX, p. 1088).

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. “Hijas mías, por una Hermana que reciba el martirio, vendrán otras muchas; su sangre será como una semilla que dará fruto y un fruto abundante. La sangre de nuestras Hermanas hará que vengan otras muchas y merecerá que Dios les conceda a las que quedan la gracia de santificarse” (S.V.P IX, p. 1088).

PRECES

Glorifiquemos a Cristo, esposo y corona de las vírgenes, en esta memoria de Sor Lindalva Justo de Olivera, mártir y supliquémosle diciendo:

Jesús, corona de las vírgenes, escúchanos.

Señor Jesucristo, a quien las vírgenes amaron como a su único esposo,
-concédenos que nada nos aparte de tu amor.

Tú que coronaste a María como reina de las vírgenes,
-por su intercesión concédenos recibirte siempre con pureza de corazón.

Por intercesión de las santas vírgenes que te sirvieron siempre con fidelidad
Consagradas a ti en cuerpo y alma,
-ayúdanos Señor a que los bienes de este mundo que pasa no nos separen de tu amor eterno.

Señor Jesús, esposo que haz de venir y a quién las vírgenes prudentes esperaban,
-concédenos que aguardemos tu retorno glorioso con una esperanza activa.

Por intercesión de la beata Sor Lindalva Justo de Oliveira, que fue virgen sensata y una de las prudentes,
-concédenos, Señor, la verdadera sabiduría y la pureza de costumbres.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo:

Padre nuestro…

ORACIÓN

Oh Dios, que en la beata Sor Lindalva Justo de Oliveira has consagrado la corona del martirio y el servicio virginal a los pobres; concédenos que por su intercesión y realizando las obras de tu amor, sepamos ofrecerte nuestra vida como sacrificio agradable. Por Nuestro Señor Jesucristo.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

VÍSPERAS

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: DICHOSA TÚ, QUE ENTRE TODAS

Dichosa tú, que, entre todas,
fuiste por Dios sorprendida
con tu lámpara encendida
para el banquete de bodas.

Con el abrazo inocente
de un hondo pacto amoroso,
vienes a unirte al Esposo
por virgen y por prudente.

Enséñanos a vivir,
ayúdenos tu oración,
danos en la tentación
la gracia de resistir.

Honor a la Trinidad
por esta limpia victoria,
y gloria por esta gloria
que alegra a la humanidad. Amén.

SALMOS CORRESPONDIENTES CLIC AQUÍ 

LECTURA BREVE 1Co 7, 32. 34

El célibe se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; lo mismo, la mujer sin marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos en cuerpo y alma.

RESPONSORIO BREVE

V. Llevan ante el Rey el séquito de vírgenes, las traen entre alegría. Aleluya, aleluya.
R. Llevan ante el Rey el séquito de vírgenes, las traen entre alegría. Aleluya, aleluya.

V. Van entrando en el palacio real.
R. Aleluya, aleluya.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Llevan ante el Rey el séquito de vírgenes, las traen entre alegría. Aleluya, aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. La Beata Lindalva dio testimonio de Cristo con su sangre, manteniendo su pureza, ahora goza del sequito de vírgenes en el cielo.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. La Beata Lindalva dio testimonio de Cristo con su sangre, manteniendo su pureza, ahora goza del sequito de vírgenes en el cielo.

PRECES

Alabemos con gozo a Cristo, que elogió a los que permanecen vírgenes, a causa del reino de Dios, y que dio a su sirva Lindalva Justo la fuerza para mantenerse firme en su martirio y supliquémosle diciendo:

Jesús, rey de las vírgenes, escúchanos.

Señor, Jesucristo, tú como esposo amante colocaste junto a ti a la Iglesia sin mancha ni arruga,
-haz que sea siempre santa e inmaculada.

Señor Jesucristo, a cuyo encuentro salieron las vírgenes santas con sus lámparas encendidas,
-no permitas que falte nunca el óleo de la fidelidad en las lámparas de las vírgenes que se han consagrado a ti.

Señor Jesucristo, a quien la Iglesia virgen guardó siempre fidelidad intacta,
-concede a todos los cristianos la integridad y la pureza de la fe.

Tú que concedes hoy a tu pueblo alegrarse por la fiesta de la beata Sor Lindalva Justo de Oliveira, virgen,
-concédele también gozar siempre de su valiosa intercesión.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Tú que recibiste en el banquete de tus bodas a las vírgenes santas,
admite tanbién a nuestros hermanos difuntos en el convite festivo de tu reino.

Oremos con Jesús, diciendo a nuestro Padre:

Padre nuestro…

ORACIÓN

Oh Dios, que en la beata Sor Lindalva Justo de Oliveira has consagrado la corona del martirio y el servicio virginal a los pobres; concédenos que por su intercesión y realizando las obras de tu amor, sepamos ofrecerte nuestra vida como sacrificio agradable. Por Nuestro Señor Jesucristo.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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