Día 30 de Julio
SAN JUSTINO DE JACOBIS, Obispo
Memoria
Nació en San Fele, Lucania, el 9 de Octubre de 1800. En 1818 entró en la Congregación. Se ordenó de sacerdote en Brindis el 12 de Junio de 1824 y ejerció el apostolado con asiduidad, particularmente en Nápoles, donde hacía estragos el cólera de 1836. En 1839 fue enviado por Propaganda Fide a la misión de Etiopía, en la que trabajó infatigablemente durante veinte años. Se le nombró prefecto apostólico y se le consagró obispo en Massauah, el 17 de Enero de 1849. Sufrió la opresión con valentía y murió en el valle de Aligadé, el 31 de Julio de 1860. Su beatificación tuvo lugar el 25 de Julio de 1939, y fue canonizado por el Papa Pablo VI, el 26 de Octubre de 1975.
LAUDES
INVITATORIO
Ant. Venid, adoremos al Señor, pastor supremo
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: CRISTO, CABEZA, REY DE LOS PASTORES.
Cristo, cabeza, rey de los pastores,
el pueblo entero, madrugando a fiesta,
canta a la gloria de tu sacerdote
himnos sagrados.
Con abundancia de sagrado crisma,
la unción profunda de tu Santo Espíritu
lo armó guerrero y lo nombró en la Iglesia
jefe del pueblo.
El fue pastor y forma del rebaño,
luz para el ciego, báculo del pobre,
padre común, presencia providente,
todo de todos.
Tú que coronas sus merecimientos,
danos la gracia de imitar su vida,
y al fin, sumisos a su magisterio,
danos su gloria. Amén.
Salmos correspondientes al ordinario. Luego del Común de pastores. Y los elementos propios de la memoria.
LECTURA BREVE Hb 13, 7-8
Acordaos de aquellos superiores vuestros que os expusieron la palabra de Dios: reflexionando sobre el desenlace de su vida, imitad su fe. Jesucristo es el mismo hoy que ayer, y para siempre.
RESPONSORIO BREVE
V. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.
R. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.
V. Ni de día ni de noche dejarán de anunciar el nombre del Señor.
R. He colocado centinelas.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.
Benedictus, ant.: Sacerdote del Altísimo, modelo de virtudes, pastor bueno del pueblo, tú agradaste al Señor.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Benedictus, ant.: Sacerdote del Altísimo, modelo de virtudes, pastor bueno del pueblo, tú agradaste al Señor.
PRECES
Demos gracias a Cristo, el buen Pastor que entregó la vida por sus ovejas, y al celebrar la memoria de San Justino de Jacobis, supliquémosle, diciendo:
Venga a nosotros tu Reino, Señor.
Señor Jesús, evangelizador de los más pobres, haz que nuestras obras glorifiquen tu nombre,
-y contribuyan a la edificación del reino.
Concédenos un constante espíritu de oración y una profunda unión a ti,
-para que seamos contemplativos en la acción y apóstoles en la oración.
Tú que nos has enviado como discípulos a evangelizar a los pueblos,
-sostén a todos los misioneros con tu gracia, para que se extienda por todo el mundo la victoria de la Cruz.
Redentor nuestro, que a través de los santos pastores sigues siendo el único pastor de tu pueblo,
-no dejes de guiarnos por medio de ellos.
Tú que has adoctrinado a Iglesia con la prudencia y el amor de los santos,
-haz que, guiados por nuestros pastores, progresemos en la santidad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo:
Padre nuestro…
ORACIÓN
Señor Dios nuestro, que en la evangelización de los etíopes quisiste que tu obispo San Justino de Jacobis se hiciera todo a todos; concédenos, que por su intercesión, que con auténtico espíritu fraterno, cooperemos a la unidad de la fe, a la predicación del Evangelio y a la concordia de los pueblos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén
VÍSPERAS
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: CANTEMOS AL SEÑOR CON ALEGRÍA.
Cantemos al Señor con alegría,
unidos a la voz del pastor santo;
demos gracias a Dios, que es luz y guía,
solícito pastor de su rebaño.
Es su voz y su amor el que nos llama
en la voz del pastor que él ha elegido,
es su amor infinito el que nos ama
en la entrega y amor de este otro cristo.
Conociendo en la fe su fiel presencia,
hambrientos de verdad y luz divina,
sigamos al pastor que es providencia
de pastos abundantes que son vida.
Apacienta, Señor, guarda a tus hijos,
manda siempre a tu mies trabajadores;
cada aurora, a la puerta del aprisco,
nos aguarde el amor de tus pastores. Amén.
Salmos correspondientes al ordinario. Luego del Común de pastores. Y los elementos propios de la memoria.
LECTURA BREVE 1Pe 5, 1-4
A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que va a descubrirse, os exhorto: Sed pastores del rebaño de Dios a vuestro cargo, gobernándolo, no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere, no por sórdida ganancia, sino con generosidad, no como dominadores sobre la heredad de Dios, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño. Y, cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita.
RESPONSORIO BREVE
V. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.
R. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.
V. El que entregó su vida por sus hermanos.
R. El que ora mucho por su pueblo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.
Magníficat, ant.: Gloria a ti, predicador fiel de la palabra de Dios: has anunciado el Evangelio de la verdad, has revelado a los hombres el misterio del Reino.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Magníficat, ant.: Gloria a ti, predicador fiel de la palabra de Dios: has anunciado el Evangelio de la verdad, has revelado a los hombres el misterio del Reino.
PRECES
San Justino de Jacobis es para nosotros ejemplo admirable de misionero que se entrega para hacer vida el Reino en medio de sus hermanos. Oremos al Señor para que nos llene de este celo apostólico para la edificación de su Reino diciendo:
Edifica y conserva a tu Iglesia, Señor.
Escucha, Dios de misericordia, la oración que te dirige tu familia, extendida por toda la tierra,
-haz que sienta hambre de tu palabra y deseo de tu redención.
Tú que has sostenido la fe de los Apóstoles y has acreditado su misión con la presencia del Espíritu,
-suscita entre nosotros mensajeros eficaces de tu palabra.
Dios de la paz, haz que en todo el mundo reine tu paz,
-y que toda la humanidad experimente la gloria de tu presencia.
Concédenos perseverar en la vocación a la que hemos sido convocados,
-y que a ejemplo de San Justino de Jacobis, sepamos hacer vida tu palabra.
Acoge en tu Reino, a todos nuestros hermanos,
-que se esforzaron por reconocerte y amarte en los necesitados.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Te damos gracias, Señor,
-porque has asociado a nuestros hermanos difuntos a tu muerte.
Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo:
Padre nuestro…
ORACIÓN
Señor Dios nuestro, que en la evangelización de los etíopes quisiste que tu obispo San Justino de Jacobis se hiciera todo a todos; concédenos, que por su intercesión, que con auténtico espíritu fraterno, cooperemos a la unidad de la fe, a la predicación del Evangelio y a la concordia de los pueblos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén
Muchas gracias por hacernos partícipes de esta liturgia de los Santos de nuestra familia.