Día 10 de Diciembre
BEATO MARCO ANTONIO DURANDO, Presbítero
Memoria
El bienaventurado Marco Antonio Durando nació el 22 de agosto de 1801 en Mondovi (Italia). El 12 junio de 1824 fue ordenado sacerdote en la Congregación de la Misión. Casi toda su vida de sacerdote la pasó en Turín, en donde fue superior Visitador de la Provincia del Norte, desde 1855 hasta su muerte, el 10 de diciembre de 1880, a la edad de 79 años. Las misiones populares, las obras de la caridad a favor de los pobres, enfermos y moribundos; el impulso de las misiones ad gentes, la propagación de la Medalla Milagrosa, la atención de las Hijas de la Caridad, fueron su dedicación durante sus largos años de ministerio. En momentos muy difíciles fue el organizador y el gran impulsor de la Congregación de la Misión y de la Compañía de las Hijas de la Caridad.
En 1865, juntamente con Luisa Borgiotti, fundó la Compañía de la Pasión de Jesús Nazareno (Nazarenas) con jóvenes que carecían de algún requisito canónico para entrar en la vida religiosa. Su finalidad fue el servicio de las personas enfermas, como miembros dolientes del cuerpo de Cristo, asistiéndoles a domicilio, de día y de noche. Fue beatificado por Juan Pablo II el día 20 de octubre de 2002.
OFICIO DE LECTURA
SEGUNDA LECTURA
De las “Exhortaciones” del beato Marco Antonio Durando
(Archivo de la Casa de la Misión, Turín V, 139 – 140)
En el Calvario es donde se han formado los Santos. El Calvario es el monte de los que aman y las llagas abiertas de Jesús crucificado son el refugio y la morada de las palomas del Señor. El que no ama estar en el Calvario o habitar en esas llagas, nunca amará verdaderamente a Jesús. Puesto que si fue el amor lo que le hizo abrazar la cruz y lo clavó al duro madero, si, en fin, sufrió y murió por el gran amor que tenía hacia cada uno de nosotros, ¿podremos nosotros permanecer indiferentes a su caridad tan abundante?, ¿podemos dejar de amar un bien tan infinito, a un Dios que se deshace en amor hacia nosotros? Sobre el Calvario es donde han aprendido a amar Teresa, Catalina, Inés y todos los santos del cielo. Para hablar bien del amor de Cristo crucificado se necesitaría una pluma empapada en la sangre del Crucificado y un corazón que sienta, que ame y que viva sacrificado al amor y a la santa voluntad de Dios. Pero yo he estado tan alejado de esta disposición que no encuentro otra salida si no es la de humillarme y confundirme. No amar a Dios que por nuestro amor ha padecido y muerto, ¡qué delito! Desde hace tantos años haber estado en la escuela del Crucificado y no haber aprendido todavía la lección tan fácil del amor; predicar a los demás el amor de Dios y permanecer insensible y frío, ¡qué monstruosidad! Si nos ordenase continuos ayunos, largos viajes, penitencias corporales, podría disculparme diciendo: No puedo. Pero nos manda amarlo; ¿qué excusa tengo si soy insensible? ¿Qué mandamiento hay más fácil, más dulce, más suave que éste? ¡Ay de mí, qué severos reproches en el gran día del juicio! ¡No haber amado al Padre más amoroso, al amigo más sincero, al hermano más tierno y al esposo más bello y atrayente! ¿Qué indignidad existe mayor que la nuestra? ¡Haber recibido un corazón para amar a Jesús y profanar y ensuciar este corazón introduciendo en este santuario el amor a las criaturas! ¡Él nos ama tanto y nosotros tan fríos! ¡Él nos pide nuestro corazón y nosotros se lo negamos para dárselo a la criatura!
Él con invitaciones, con remordimientos y estimulándonos insistentemente a amarlo y nosotros haciéndonos los sordos a sus llamadas, apagando los remordimientos y viviendo sin amarlo. ¡Ah, qué pocos son los que aman a Jesús! ¡Dicen que lo aman, pero en realidad no lo aman! Lo aman en el Tabor, pero no en el Calvario; lo aman cuando experimentan alguna ternura y sensibilidad, pero no en las contrariedades y en las humillaciones. ¡Ah, qué pocos, incluso personas religiosas, son los que aman verdaderamente y con todo el corazón a Jesús Crucificado! Dios nos conceda la gracia de ser del número de estos pocos.
RESPONSORIO 1 Jn. 4, 16.7
R/ Hemos creído en el amor que Dios nos tiene. *Quien permanece en el amor permanece en Dios.
V/ Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios. *Quien permanece.
LAUDES
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos a Cristo, Pastor supremo.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos a Cristo, Pastor supremo.
Himno: CRISTO, CABEZA, REY DE LOS PASTORES.
Cristo, cabeza, rey de los pastores,
el pueblo entero, madrugando a fiesta,
canta a la gloria de tu sacerdote
himnos sagrados.
Con abundancia de sagrado crisma,
la unción profunda de tu Santo Espíritu
lo armó guerrero y lo nombró en la Iglesia
jefe del pueblo.
El fue pastor y forma del rebaño,
luz para el ciego, báculo del pobre,
padre común, presencia providente,
todo de todos.
Tú que coronas sus merecimientos,
danos la gracia de imitar su vida,
y al fin, sumisos a su magisterio,
danos su gloria. Amén.
SALMODIA DEL DÍA
LECTURA BREVE Hb 13, 7-9a
Acordaos de aquellos superiores vuestros que os expusieron la palabra de Dios: reflexionando sobre el desenlace de su vida, imitad su fe. Jesucristo es el mismo hoy que ayer, y para siempre. No os dejéis extraviar por doctrinas llamativas y extrañas.
RESPONSORIO BREVE
V. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.
R. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.
V. Ni de día ni de noche dejarán de anunciar el nombre del Señor.
R. He colocado centinelas.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Benedictus, ant.: No serán ustedes los que hablen, el Espíritu de su Padre hablará por ustedes.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Benedictus, ant.: No serán ustedes los que hablen, el Espíritu de su Padre hablará por ustedes.
PRECES
Demos gracias a Cristo, el buen Pastor que entregó la vida por sus ovejas, y supliquémosle, diciendo:
Apacienta a tu pueblo, Señor.
Señor Jesucristo, que en los santos pastores nos has revelado tu misericordia y tu amor,
-haz que por ellos continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa.
Señor Jesucristo, que a través de los santos pastores sigues siendo el único pastor de tu pueblo,
-no dejes de guiarnos siempre por medio de ellos.
Señor Jesucristo, que por medio del beato Marco Antonio Durando nos mostraste la grandeza del Calvario,
-haz que nunca falten a tu Iglesia personas disponibles para proclamar el Amor que nos manifestaste por medio de la Cruz.
Señor Jesucristo, que nos has dado un modelo en el beato Marco Antonio Durando, de prudencia y amor,
-haz que sepamos progresar en la santidad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Oremos confiadamente al Padre, como Cristo nos enseñó:
Padre nuestro…
ORACIÓN
Oh Dios, que has santificado al beato Marco Antonio Durando, mediante la contemplación de la Pasión del Señor haciéndolo resplandecer por el don de consejo y por la solicitud hacia los pobres y los enfermos, concédenos que, siguiendo las enseñanzas del Evangelio, con su ejemplo e intercesión, te amemos con amor de hijos. Por nuestro Señor Jesucristo.
VÍSPERAS
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: CANTEMOS AL SEÑOR CON ALEGRÍA.
Cantemos al Señor con alegría,
unidos a la voz del pastor santo;
demos gracias a Dios, que es luz y guía,
solícito pastor de su rebaño.
Es su voz y su amor el que nos llama
en la voz del pastor que él ha elegido,
es su amor infinito el que nos ama
en la entrega y amor de este otro cristo.
Conociendo en la fe su fiel presencia,
hambrientos de verdad y luz divina,
sigamos al pastor que es providencia
de pastos abundantes que son vida.
Apacienta, Señor, guarda a tus hijos,
manda siempre a tu mies trabajadores;
cada aurora, a la puerta del aprisco,
nos aguarde el amor de tus pastores. Amén.
SALMODIA DEL DÍA
LECTURA BREVE 1Pe 5, 1-4
A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que va a descubrirse, os exhorto: Sed pastores del rebaño de Dios a vuestro cargo, gobernándolo, no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere, no por sórdida ganancia, sino con generosidad, no como dominadores sobre la heredad de Dios, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño. Y, cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita.
RESPONSORIO BREVE
V. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.
R. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.
V. El que entregó su vida por sus hermanos.
R. El que ora mucho por su pueblo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Magníficat, ant.: Éste es el criado fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Magníficat, ant.: Éste es el criado fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas.
PRECES
Glorifiquemos a Cristo, constituido pontífice a favor de los hombres, en lo que se refiere a Dios, y supliquémosle humildemente, diciendo: Salva a tu pueblo, Señor.
Tú que, por medio de pastores santos y eximios, has hecho resplandecer de modo admirable a tu Iglesia,
-haz que los cristianos se alegren siempre de ese resplandor.
Tú que, cuando los santos pastores te suplicaban, como Moisés, perdonaste los pecados del pueblo,
-santifica, por su intercesión, a tu Iglesia con una purificación continua.
Tú que, en medio de los fieles, consagraste a los santos pastores y, por tu Espíritu, los dirigiste,
-llena del Espíritu Santo a todos los que rigen a tu pueblo.
Tú que fuiste el lote y la heredad de los santos pastores,
-no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre esté alejado de ti.
Tú que, por medio del beato Marco Antonio nos mostraste la grandeza de una vida entregada sin huir de la entrega y aceptando el Calvario,
-danos la fuerza de tu Espíritu y la generosidad de una vida abierta a tu presencia en cada uno de sus momentos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que das vida eterna a tus ovejas para que nadie las arrebate de tu mano,
-salva a los difuntos, por quienes entregaste tu vida.
Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración:
Padre nuestro…
ORACIÓN
Oh Dios, que has santificado al beato Marco Antonio Durando, mediante la contemplación de la Pasión del Señor haciéndolo resplandecer por el don de consejo y por la solicitud hacia los pobres y los enfermos, concédenos que, siguiendo las enseñanzas del Evangelio, con su ejemplo e intercesión, te amemos con amor de hijos. Por nuestro Señor Jesucristo.